sábado, 24 de diciembre de 2011

LA DOBLE VERTIENTE DE LA NAVIDAD



Desde hace años nos encontramos con una doble vertiente de la Navidad, que probablemente conlleven dos formas de entender el mismo fenómeno, de una parte la celebración religiosa del misterio del nacimiento del Hijo de Dios, y de otra parte, la celebración social –que con ocasión de esta festividad, la de año nuevo y reyes- llevan a que en nuestro entorno social se realicen una serie de actos hedónicos y consumistas que nada tienen que ver con la rememoración religiosa del misterio religioso.
Por consiguiente podríamos hablar de una doble festividad navideña, la “navidad religiosa” que rememora el misterio del nacimiento del Mesías, que se celebra en familia, pues es ocasión de encuentro familiar, de valorar esta célula social básica, la paternidad, la maternidad, la filiación, los sentimientos de afecto y protección. Y sobre todo la consideración del misterio de la fe, de la persona de Jesucristo, que nos lleva a interrogarnos sobre el sentido de la existencia humana, dentro de la cosmovisión cristiana del mundo. Y que debería de llevarnos a cuestionarnos ¿quién es Jesús para nosotros?, ¿a qué nos convoca?, y ¿qué nos propone?. En definitiva ¿qué atractivo tiene su Evangelio para nosotros en el Siglo XXI?.
En esos planteamientos habría de horadar el cristiano, para tratar de enraizar su fe en su biografía vital, en orden a descubrir una fe liberadora, una luz que alumbra la existencia, y un camino que lleva al encuentro eterno con Dios, en un ámbito de paz y bien; consecuencias de la verdadera conversión a la fe cristiana, que debe ser respetuosa con cualquier ámbito de fenomenología religiosa, para poder vivir en plenitud la fraternidad humana y la filiación divina. Como es natural, todo ello resulta superador de una práctica religiosa natural, que también es necesaria si es consecuente, pero que no es la esencia de la fe, pues vivida de forma inconsecuente puede juzgarse inmadura, sensiblera, mojigata, cuando no hipócrita por incoherente con el propio mensaje evangélico.
La otra forma de vivir la festividad navideña sería la “navidad pagana”, o “navidad de sociedad”, desprovista de la raíz religiosa –o considerada esta de forma muy superficial-, que se sustenta en la celebración de unas fiestas que para el que no lo vive desde la realidad de la fe, ha de darle un contenido particular, para lo cual las nutre de grandes cenas y comidas de familia, amigos, empresa, o meramente sociales, donde el dispendio es grande, en pro del beneficio del placer de unas buenas viandas; junto con ello, el ritual que se sigue es puramente consumista y hedonista, llevando a la compra masiva o casi compulsiva, que llega a ser contradictorio con la propia esencia de la “navidad religiosa”, pues se plantea dentro del objetivo del “carpe diem” en el más puro vacío existencial. Aunque se acompañe de ciertos rasgos de tradición navideña, que en la mayoría de las veces llevan a un “sincretismo” aún más paradójico entre lo religioso y lo pagano, que acaban por desnaturalizar las dos formas de abordar estas fiestas.
Este año, acaso la crisis económica y social en la que estamos inmersos, puedan ser una buena ocasión para relativizar esas fiestas consumistas, meramente sociales y paganas, para reflexionar sobre el verdadero sentido de la Navidad, y empezar a considerar el misterio de fe que se acoge en estas fiestas. Algo así, pudiera ser un encuentro con Dios para quien así lo busque.
A todos, ¡Feliz Navidad….!. ¡Paz y Bien…!.

jueves, 22 de diciembre de 2011

RAJOY CREA UN GOBIERNO DE CARA A LAS EXIGENCIAS DE LA UE

El Gobierno que Mariano Rajoy ha formado es un aval ante la UE del rigor económico que se pretende implantar en España, conforme a las exigencias de la Unión de recorte del gasto y equilibrio presupuestario, pues gran parte del mismo pivota en función del equipo económico.


De manera que los ministros del área económica asumen un particular protagonismo en el Gabinete de Rajoy, siendo como lo son, profesionales de acreditada experiencia en su área, como es el caso de Cristóbal Montoro, experto hacendístico y experimentado político, que asume –como fusión- en su departamento las carteras de Hacienda y de Administraciones Públicas, lo cual le imprime un importante protagonismo e influencia en la generación y gasto de recursos públicos, con control sobre las Administraciones Públicas (estatal, autonómicas, y locales), en un importante intento de “embridar el caballo del déficit público”. También es relevante el nombramiento para Economía y Competitividad de Luís de Guindos, que ya estuvo como Secretario de Estado con Rato, y que a ello une su experiencia en el ámbito privado, aunque le acompañe la sombra de haber estado en el “barco de Lehman Brother” que zozobró. En cualquier caso, son prestigiosos profesionales, si bien entregados a un determinado “credo” económico –el neoliberal-, con lo que contentarán a esta particular feligresía, e irritarán a los que no compartan tales postulados. Aunque en el fondo ninguno de los dos tengan peso político de entidad.

Algo parecido podría decirse también de José Manuel Soria (Ministro de Industria, Comercio y Turismo), Técnico Comercial del Estado, y de Fátima Báñez (Ministra de Empleo y Seguridad Social), licenciada en derecho y económicas. Que tienen un perfil profesional del área económica para una labor complementaria en sus respectivos departamentos, con los grandes ejes que marque el núcleo económico del Gobierno. Si bien, a diferencia de los anteriores, habría que añadir que estos tienen mayor peso político, por su enraizamiento territorial y su proximidad personal a Rajoy.

Culmina esta área económica con los nombramientos de sendos personajes –cuya formación no es puramente económica, ni la función de sus departamentos tampoco lo es- pero que se acercan a un perfil mixto, como son los titulares de Defensa (Pedro Morenés, Ingeniero, que estuvo de segundo en Defensa con Serra, y que proviene de la empresa privada de armamento), y el de Exteriores (José Manuel García Margallo, abogado, diputado del PP en la Eurocámara, especialista en temas económicos) que hace de la Cancillería española un ente “ad hoc” para Europa. Punto, en que sin desmerecer la valía demostrada de García Margallo, no parece un acierto por cuanto parece que a Rajoy sólo le importa la UE, acaso olvidando que el mundo es mucho más que Europa; y no siendo García Margallo un diplomático de carrera –como sí lo es Gustavo de Arístegui- su previsible enfoque será europeísta. Entre tanto, ¿qué hacer con Iberoamérica, o con el Magreb, Oriente Medio, Asia o África?.

En lo concerniente a Interior (Jorge Fernández Díaz, político catalán dúctil a las directrices de Génova, no apreciamos una clara posición nacional), acaso sea el encomendado de dar cauce a los planteamientos de la “pseudo-paz” con ETA, y a amortiguar las corrientes políticas centrífugas de los nacionalismos catalán y vasco. En tanto que Justicia (Alberto Ruíz Gallardón, al que la alcaldía madrileña se le quedaba ya corta, en sus ansias de crecimiento político, que se ha mostrado un mal gestor municipal; acaso por aquello que pertenece a la carrera Fiscal en excedencia casi vitalicia, se le ha encomendado este controvertido departamento) que desde la transición se debate con una desastrosa gestión de la oficina judicial, y del funcionamiento de la Administración de Justicia como servicio público, que nunca acaba de “estar a punto”, pese a las numerosas reformas con sus consiguientes costos. Pero que, además concurre en un área competencial en el que también transita el tercer poder del Estado (Consejo General del Poder Judicial), que lejos de simplificar los ámbitos de actuación, los complica, haciendo de la Justicia en España un profundo “piélago” de inalcanzable comprensión, que dudamos sea Gallardón –a quien pronto también se le hará pequeño el Ministerio- quien pueda realmente ordenarla hacia la modernidad, algo que todo justiciable reclama desde hace años, y ningún gobernante consigue.

Por lo que se refiere a Agricultura (Miguel Arias Cañete), era uno de los pronósticos más frecuentes, y en verdad han acertado. Este Abogado del Estado con amplios conocimientos del mundo agropecuario español y europeo, ya llevó con cierto nivel de éxito la cartera del campo español en los gobiernos de Aznar, por lo que parece un gran acierto su designación.

De Ignacio Wert (Ministro de Educación, Cultura y Deporte) nos parece que se trata de un buen técnico en un área que encaja forzadamente, pues es un reputado sociólogo que ha sido profesor universitario, que es independiente, suele tener buen criterio, pero posiblemente desconozca el trasfondo de este departamento fusionado –que es la parte más acertada del asunto, ya que las competencias están básicamente transferidas a las Comunidades Autónomas-. Tendrá que encajar el prometido año incrementado al Bachiller, y tratar de implantar un nuevo desarrollo legislativo que el PP tiene comprometido al efecto. Y en cultura y deportes, con que no gaste un duro, haría bien.

También se genera un misterio en esta organización gubernamental de Rajoy, que hace referencia a la imprevista y discutible decisión de nombrar a Ana Pastor (médico y ex ministra de Sanidad) como ministra de Fomento –probablemente sea por la escasa inversión que se prevea para la obra pública en los momentos actuales-; y sin embargo se nombre a Ana Mato (politóloga, y persona de confianza de Rajoy, del núcleo del aparato, como Ana Pastor, y Soraya Saenz de Santamaría) ministra de Sanidad sin que tenga experiencia en esta área, aunque las competencias están transferidas a las Comunidades Autónomas, pero quedan en sus manos importantes labores reguladoras y armonizadoras de la Sanidad española, que actualmente son clave en la aparente desmembración del Sistema Nacional de Salud, lugar en que hubiera hecho un mejor papel Ana Pastor por su experiencia en el Ministerio.

Finalmente hemos de considerar el importante papel político-administrativo de coordinación y gestión de Soraya Saenz de Santamaría (Vicepresidenta, Ministra de Presidencia y Portavoz del Gobierno) siendo uno de los aciertos de Rajoy, por la trayectoria de la misma, sus conocimientos, y su lealtad.

Para concluir, no podemos dejar pasar estas letras sin un repaso a algunos ausentes, que se prodigaban en las quinielas, como Trillo Figueroa, o González Pons, quizá a este último le haya “saltado un perpunte” de los “trajes de Camps”, según la información publicada la semana anterior, referida a su etapa de Consejero de la Comunidad Valenciana con Camps. ¡En fin, otra vez será…!. Esto aparenta ir para largo, especialmente visto que en el PSOE no han respetado el tiempo del “duelo” y ya están enzarzados en polémicas sucesorias.

lunes, 19 de diciembre de 2011

EL DISCURSO DE RAJOY: ALGUNOS APUNTES CON MUCHAS INCERTIDUMBRES



Llegó el esperado día en que Rajoy ha comparecido ante el Congreso de los Diputados y ha expuesto, en un largo discurso de casi hora y media, lo que van a ser las grandes líneas de su Gobierno en los próximos años, para que la Cámara le otorgue la confianza –que tiene asegurada con su propios escaños, que computan la mayoría absoluta-, y que se producirá en el día de mañana.
Sin embargo, el discurso de Rajoy no ha pasado de ser un cúmulo de lugares comunes con grandes incertidumbres, acompañado de algunos apuntes puntuales, a modo de anuncios de actuación. De forma que en el día de hoy sólo ha quedado expuesta una voluntad, una gran voluntad de arreglar los graves y grandes problemas del país, especialmente los económicos, sobre lo que ha sobreabundado su atención, como no podía ser de otra manera. Pero más allá de ese voluntarismo, de esos apuntes a modo de ejemplo de actuaciones pretendidas, no se ha indicado el procedimiento que se va a emplear. Nada se ha dicho acerca de ¿qué partidas presupuestarias van a soportar los mayores recortes económicos?, algo de vital importancia, pues aunque sepamos que se quiere marchar en una dirección, no es lo mismo hacerlo por un camino transitable, que campo a través.
Todos estamos de acuerdo con la voluntad del “presidente in pectore” de arreglar el grave problema del paro, incluso podríamos estar de acuerdo en la señalada –aunque tampoco explicada- reforma laboral; pero no se nos ha explicado técnicamente que sea realmente eficaz para luchar contra el paro, el hecho de volver a reformar la normativa de contratación laboral, pues se ha hecho en infinidad de ocasiones y no parece que haya sido eficaz. Otra cuestión es la reducción de los costos laborales, pero alguien tendría que explicar las experiencias que se tienen en otros países sobre esos planteamientos en relación a la generación de empleo.
Por otra parte, dentro de las acometidas apuntadas está la de reformar el sistema financiero, algo que pone de manifiesto que sigue siendo una cuestión pendiente, y que pese al año en que el Estado ha apoyado económicamente a la banca, esta sigue estando en “dique seco”, con el consiguiente perjuicio para nuestra economía. Así que hubiera sido de agradecer que se hubiera adelantado algo sobre el plan de acción en el sector.
En cuanto a la reforma de la educación secundaria, no se ha acabado de explicar el motivo de añadir un año más al Bachillerato, pues salvo que esto responda a auténticos criterios de calidad educativa, sólo va a suponer la demora de un año en el periodo de formación de los jóvenes; pues no se ha incidido en los fundamentos en que se basa esa decisión para una necesaria mejora de la calidad educativa.
Respecto a la simplificación de las Administraciones Públicas en evitación de duplicidades, debería de haber señalado con mayor precisión, pues los nacionalistas catalanes ya le contestaron que donde hubiera duplicidad redujera aparato estatal so pretexto del respeto de las competencias autonómicas. Sin embargo, pensamos que la apuesta del nuevo Presidente habría de ser por consolidar el Estado, reajustando el desarrollo autonómico por imperativo del duro ajuste económico al que nos somete la UE, y sin embargo apenas se ha detenido Rajoy en explicar cómo piensa actuar en esta área. Y así sucesivamente una tras otra las cuestiones que actualmente acucian a los españoles que requieren una urgente revisión.
Por tanto, ambigüedades, imprecisiones, acaso calculadas; para ir ajustando lo que vaya conviniendo sobre la marcha, en esa quirúrgica labor de ajuste que le encargue la UE.
Sin embargo, en este contexto expositivo parco en detalles y explicaciones, le ha sobrado una afirmación de puesta en escena, sobre su pretensión de claridad y sinceridad, llamando a las cosas por su nombre, al “pan, pan; y al vino, vino…”. Algo que casualmente hoy no ha hecho, pese a blasonar de ello. Por lo que no podemos evitar sentir que “mal empezamos….”.

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA MARCHA DE ZAPATERO



Todo llega a su final, también el periodo gubernamental del presidente socialista Rodríguez Zapatero llega a su fin, en parte por voluntad propia, y en parte por la mala evolución del acontecer económico internacional, que hace tiempo le desbordó.
Siendo así, que en este epígrafe a este político que ha regido los destinos del Gobierno de España durante casi 8 años, lo fácil es sumarse al sentimiento general de queja y malestar, por unos resultados realmente malos en lo económico, lo social, y aún lo político. Pero eso no sería del todo honesto, por “hacer leña del árbol caído”, aunque es lo patente.
Así procurando una cierta equidistancia, sin llegar a creer de verdad en las palabras de Bono –que no suelen ser sinceras-, tampoco creemos que la historia lo restituya como un auténtico político de alcance y talla, ni siquiera como un “hombre de Estado”. Creemos, simplemente que pasará a la historia como un político mediocre, prototipo del producto de los “aparatos domesticados” de los partidos, que elaboran este tipo de “personaje light”,  ni fríos, ni calientes, “tibios”, probabilistas, con una intencionalidad de calculada “ambigüedad”,  ofuscados por lo “políticamente correcto”, según su peculiar ortodoxia.
Por ello, dentro de ese paradigma de consenso, emergido entre una bipolar guerra dentro del socialismo de sucesión a Felipe González, como el “menor de los daños posibles”, adelantó así a políticos de mayor talla que la suya, pero que se habían alineado entre las partes en litigio de aquel Congreso del partido en el que lo eligieron, por escasa votación –emitida a la contra de uno de los candidatos más destacados, José Bono- que a tenor de su evolución, tampoco creemos que nos hayamos perdido mucho. Pero que realmente determinó el asenso de un personaje secundario al primer plano, que se ha mostrado incapaz de liderar el propio proyecto socialista, aunque desde el poder consiguió instaurar su propio “aparato de poder” en Ferraz que controlara al partido e incluso a los medios de comunicación afines. Que le llevó a apoyar la gestación del canal 6 de TV frente al canal 4, y al diario Público, frente a El País, por consiguiente, creó su propia red de comunicación con Rouras, frente a la que tenía convenida Felipe con el grupo de Polanco; dividiendo las fuerzas, y generando enfrentamientos afines que han acabado por debilitar su propio proyecto de izquierdas.
Pero una vez en el poder, más allá de un nuevo talante más relajado, comunicativo y aparentemente comprensivo que el que usó Aznar, presentó una mayor cercanía del personaje a la sociedad. Pero pronto empezó a querer imprimir su propio “sello personal” a su etapa de gobierno, y empezó a apoyar movimientos como los de la “memoria histórica” –que removieron la emotividad guerra-civilista, que la transición había tratado de esquivar-, apostó por un liberalismo radical en derechos civiles –más propio de esta ideología que propiamente de la socialista- con el apoyo militante a las ideologías de igualdad de género, matrimonios gays, ampliación de la ley del aborto, ley antitabaco, etc., que fueron muy polémicas en su entrada en vigor, arrastrando más desgaste que beneficio político, que como en el caso de la supresión del impuesto de patrimonio, ZP no se ajustaba realmente a un guión siquiera socialdemócrata, empezando a levantar los primeros recelos de los sindicatos, que hasta el momento le habían apoyado creyéndolo en su ámbito ideológico.
Entre tanto, transcurría su primera legislatura, que aún fue aprobada por los españoles en las urnas, al revalidarle en un nuevo mandato, siendo en este segundo mandato en el que los primeros rasgos de la crisis económica empezaron a aparecer ante el “autismo político” de un presidente que sacaba pecho sobre la economía española, en franca contradicción con los hechos que se venían apreciando, dando una imagen internacional de clara insolvencia política y falta de rigor. Y sobre todo, perdiendo un tiempo crucial para reconducir la maltrecha economía; llegando tarde y mal a la adopción de medidas ante una crisis que se seguía negando, ampliando el gasto en inversiones de un plan E costoso y coyuntural, ante el mal diagnóstico económico que se hacía, dentro de una confianza triunfalista de mejor ocasión.
Tal fue el momento en que, a nuestro juicio, Rodríguez Zapatero cometió su mayor error político, negando la crisis y mirando a otro lado. En vez de asumir la situación con realismo, y adoptar medidas políticas consensuadas –primero en su partido, y después con la oposición, que tampoco le dio ninguna tregua con su pretensión de alcanzar el poder-, y sobre todo, haber barajado la posibilidad de un anticipo electoral, a mitad de la legislatura, para que se hubiera consensuado en las urnas una política socialdemócrata (PSOE) ante la crisis, o por el contrario otra liberal-conservadora (PP); en vez de aguantar hasta que la UE le impuso modificaciones de su política económica –en la que ZP no creía- y que con poca convicción asumió, teniendo que rectificar la mayor asumir la crisis contra todo lo dicho, y sobre todo confundiendo a la población (votantes y militantes socialistas que se han visto abandonados en su proyecto político) que finalmente ha pasado la dura factura que era previsible.
Pero esa confusión ideológica, esa falta de convicción socialdemócrata, la ha arrastrado el presidente ZP hasta sus últimos días de gobierno en que ha acabado por indultar a un importante banquero, contra pronóstico y parecer de su entorno. Así las cosas, no es extraño, que ese personaje secundario, que accedió a primera plana en un Congreso de forma casual, no sólo no ha dado la talla como político de altura, en momentos difíciles, sino que tampoco ha representado con autenticidad y coherencia las ideas socialistas – o por mejor decir, socialdemócratas, con las que llegó al gobierno-, sino que cual funambulista ha intentado inclinarse a un progresismo de salón, burgués, por su inmediata rentabilidad, en tanto que en las cuestiones fundamentales de progreso social se ha quedado a medio camino –ya que la crisis económica hace inviable el “Estado del  Bienestar”, y con ello no sólo leyes como la de la dependencia promulgada por ZP, sino también se ponen en peligro logros de años anteriores, incluido el sistema de Seguridad Social-.
Y por último, quedaría analizar su política antiterrorista, que tiene algunas sombras como las del “caso Faisán” que está sub iudice, y además aunque no se le niega el interés de acabar con el terrorismo etarra, todo aparenta que ha optado por la vía del acercamiento y la negociación –que no es desdeñable, si realmente lleva a algún puerto, que sea aceptable por todas las partes-, pero que de la forma que se está presentando resulta bastante inconveniente; ya que no sólo se niega la mayor –la negociación- sino que además, los síntomas que emite ETA no pasan de anunciar el abandono de la lucha armada (en ocasiones anteriores, lo ha hecho retomándolo con posterioridad), pero sin embargo no hay una entrega de las armas y una renuncia clara al uso de la violencia. En ese nuevo equívoco, el entorno abertztale ha conseguido colar una nueva versión de agrupación política que ha obtenido un alto rendimiento electoral en el País Vasco, de forma que han accedido de nuevo a las Instituciones Autonómicas, Provinciales, Locales, y aún Estatales; sin que nos quede clara la retirada definitiva al ejercicio de la violencia. Han vuelto a la legalidad, a cambio, de una nueva tregua –que es lo que realmente tenemos, hasta tanto no se constate el abandono definitivo de las armas-, y que representa un escasísimo logro para los intereses de la Nación española. Amen que de nuevo, se genera la ambigüedad en algo donde resulta primordial la claridad y rotundidad, con la que hacer frente a la no menor rotundidad del mundo abertzale en su discurso y propósitos. Que dejan al nuevo Gobierno una difícil situación que resolver.
Todo lo cual, pone de manifiesto que la gobernanza de Zapatero –especialmente su segundo mandato- ha sido realmente desacertado, algo que pocos con sensatez discutirán ante los resultados de las urnas, que además dejan al PSOE en una difícil situación de transición, pues la confrontación interna está servida. Y, una de dos, o se resuelve en profundidad, aprovechando nuevos planteamientos, con nuevos actores políticos que se ganen la credibilidad pública en este tiempo de oposición, o realmente el futuro del partido se ve bastante comprometido, sobre todo si se trata de parchear la crisis, y de que cambie algo, para que nada cambie en general. Quizá en esta etapa, políticos como Tomás Gómez, que se anticiparon a los hechos, plantando cara al aparato de ZP en Ferraz, al que ganó en sus primarias madrileñas, tenga mucho que decir.

lunes, 12 de diciembre de 2011

LA REFUNDACIÓN DE EUROPA O EL PROTECTORADO FRANCO – ALEMÁN



Este fin de semana, en la última cumbre de estadistas europeos, Merkel y Sarkozy marcaron las líneas a seguir para la reconstrucción o refundación de la UE según su particular concepto e interés económico y político, no quedando apenas margen sino para la adhesión o para la exclusión, opción esta última adoptada por el Reino Unido, que dentro de su euroescepticismo concluido autoexcluyéndose de esa UE según el proyecto  franco-alemán.
Esta audaz decisión británica, para muchos probablemente equivocada, además de sus explicaciones sobre la defensa de la economía de la City londinense, en la que la mayoría de su actividad va referida a las transacciones financieras internacionales que se realizan en Londres, y que naturalmente, Gran Bretaña quiere preservar a toda costa. Pero sobre todo, y por encima de todo, late el peculiar y profundo sentimiento británico sobre su libertad y la defensa de su soberanía, de manera que no están dispuestos a hacer cesiones de la misma a terceros y menos al eje franco-alemán con el que tienen larga historia de desencuentros, pese a etapas de intereses comunes. Lo que expresan en términos coloquiales diciendo que “nadie ha de decidir su desayuno”, en referencia a esas necesarias cesiones de soberanía que se pretenden al avanzar en el proyecto europeo de Merkozy.
También favorece su decisión el no haberse incluido en el euro, por lo que su apartado sobre el nuevo desarrollo europeo resulta menos controvertido que si estuviera inmerso en la zona euro, como sucedería con otros países en dificultades, que no ven una clara determinación solidaria de los socios poderosos, sino más bien recelos de estos sobre aquellos, además de la imposición de unas condiciones draconianas de intervención económica que les deja en una situación fáctica de protectorado de la Unión Europea, especialmente de sus mandatarios máximos, ejercido por el eje franco-alemán.
Claro esos planteamientos de límite constitucional de los gastos estatales, con el consiguiente mandato general de equilibrio presupuestario, en una situación de grave crisis económica como la actual, puede tener también efectos secundarios no deseados, por la mordaza económica a la que hay que someter a los trabajadores de esos países de la UE, con un previsible decaimiento de la actividad económica, paro, pérdida de protección social, etc. Todo por el coactivo mandato del equilibrio presupuestario, que de no producirse conllevaría gravosas multas de cuantioso importe, como castigo añadido a la desgracia de los ya desgraciados.
Entre tanto, nada dispuesto sobre el pago de deuda soberana de los países de la UE con bonos europeos para evitar la presión de los especuladores en los mercados financieros, que como si se tratara de un plan previamente diseñado, se han concitado en atacar especulativamente a las economías de los países más débiles, habiendo vuelto a subir los diferenciales de riesgo de la deuda italiana y española, como si nada se hubiera acordado en el seno de la UE ni en estos países.
Por tanto, mientras no haya una clara determinación en salir al rescate de forma combinada, en acciones solidarias, con una clara atribución del Banco Central Europeo de banco regulador, y una determinante intervención con bonos europeos, reajuste del sistema bancario europeo –saneándolo de la crisis-, y vuelta del circulante monetario a los mercados bancarios para reanimar una economía que languidece por falta de crédito desde hace ya meses, no serán efectivas las medidas para frenar esta actuación.
Pero todo esto, nos pone de manifiesto varias situaciones preocupantes del actual “constructo europeo”, tales como la falta de unidad y solidaridad que ha primado los intereses nacionales de algunos países influyentes sobre el total de la UE, y sobre todo la falta de un liderazgo político dentro de la UE, algo que se echa en falta de forma rotunda. Y sin embargo no es una cuestión baladí, pues tiene sentido ahondar en el proyecto de la UE si realmente hay un liderazgo político europeo capaz de aunar, embarcar y ensamblar a todos los países de la Unión en un proyecto económico y político común, que convenza, beneficie y entusiasme. Algo que hoy día no se atisba en el planteamiento del eje franco-alemán, cuyo proyecto de Europa está claramente subordinado a los intereses franco-alemanes, que según el diseño que se trasluce no son los intereses de todos los países de la UE.
Acaso por ello, y mientras se mantenga esta situación, quizá Italia, Grecia, Portugal, Irlanda, España, y también Reino Unido podrían ponerse de acuerdo en un planteamiento que les interese, que posiblemente pase más por la idea de volver al Mercado Común de la (CEE), que a la idea de la UE de Merkozy (desvirtuando la que se pactó en Maastricht). Algo que los políticos de los países candidatos a “protectorado franco-alemán” deberían ir planteándose antes de caer en un neocolonialismo centroeuropeo, que puede condicionar seria e injustamente el desarrollo de estos países, que hipotecados hasta las “trancas” no levantarán cabeza en las próximas décadas.