miércoles, 18 de marzo de 2015

HABRÍA QUE REPENSAR EL MODELO SINDICAL EN ESPAÑA


Ahora que el bipartidismo político está en crisis, también hace crisis el “régimen bisindical” (CCOO-UGT) que desde la transición ha jalonado la vida socio-económica española, dándose una considerable desafección con caídas de militancia.
Así en los últimos seis años el descenso ha sido espectacular, por su parte, UGT ha perdido 230.560 afiliados (un 19,7%), en tanto que por otra parte, CCOO ha perdido 262.009 afiliados (un 21%), con los consiguientes descensos de ingresos por cuotas de afiliación y pérdida de entidad e influencia en la vida socio-económica, algo que un sindicato difícilmente puede asumir dado que la entidad del número de sus afiliados es lo que le da la fuerza de su representación para la negociación colectiva y demás actuaciones en defensa de los intereses de los trabajadores.
Tal situación es harto significativa y especialmente grave en un contexto de crisis económica en la que los trabajadores están padeciendo los estragos de la misma, con pérdida importante de empleo, y sobre todo con la acometida de la progresiva pérdida de derechos sociales que fueron ganados con anterioridad, hasta el punto de cuestionar el propio “Estado Social” (o de bienestar) y su propio sistema de prevención social.
Pues la conjunción de ambos factores (crisis económica y desafección sindical) resulta letal para  las garantías sociales de los trabajadores, al tiempo que pone de manifiesto que la acción sindical en España, y particularmente la llevada a cabo por los dos grandes sindicatos UGT y CCOO, no sólo ha resultado ineficaz, sino que posiblemente haya sido muy mejorable, y por ende sumamente criticable, al haber ido perdiendo su labor de defensa de los trabajadores, en razón de un progresivo incremento de la burocracia sindical de porte cada vez más institucional con intereses propios distintos de los de los trabajadores, dado que han funcionado como empresas intermediarias de servicios (formación, turismo, viajes, seguros, ocio, etc.) con preferencia a la atribuida acción sindical de empresa, a pie de obra, junto a los trabajadores y por ellos.
El actual modelo sindical basado en la hegemonía CCOO-UGT ha traído consigo la indeseable burocratización del sindicalismo, su institucionalización y con ello la emergencia de intereses propios de la misma institución que interfieren y deforman la defensa neta de los intereses de los trabajadores, lo que les hace ineficaces en la lucha por el mundo del trabajo, y lo que es peor, de dudosa credibilidad por la clase trabajadora, que se siente atendida parcialmente –en la medida en que la defensa de sus problemas no comprometan los intereses institucionales y estratégicos de la propia organización sindical-. A tal punto, ha llegado que con su institucionalización (financiación pública incluida, son vulnerables a la presión externa, especialmente de un Estado providente, que en manos de cualquier gobierno puede hacerles menguar en sus reivindicaciones sociales, como parece haber sido el caso).

Por consiguiente, ahora que se cuestiona el apalancamiento del bipartidismo en la política, también se cuestiona el propio apalancamiento del sindicalismo hegemónico (CCOO-UGT), debiendo dar paso a alternativas que rompan un statu quo de reparto de papeles sociales, para que la defensa del mundo del trabajo –tan gravemente mermado en los últimos años- se presente con mayor autenticidad y convicción. Pues ese sindicalismo hegemónico (CCOO-UGT) desde el punto de vista de la institucionalización en el sistema político ha llegado a desempeñar el hueco de sindicalismo burocrático tutelado de la vieja Central Nacional Sindicalista (la CNS del franquismo), aunque se aduzca que es otro planteamiento, es cierto, pero la actual deriva institucionalizadora y burocrático-dependiente de CCOO-UGT evoca el posicionamiento de “sindicalismo del régimen” que en aquellos años tuvo la CNS. Y para ese viaje, no hacen falta alforjas. ¡Qué diría Marcelino Camacho, o Nicolás Redondo de la deriva burocrática de sus respectivos sindicatos!.

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