El diario digital El Plural apunta esta
posibilidad, al amparo de la propuesta hecha públicamente por el líder de
izquierdas, Gaspar Llamazares que en un acto público en el que coincidió con
Baltasar Garzón lanzó la idea, proponiéndole que encabezara una coalición electoral
de izquierdas, a lo que –según la información citada, que se hacía eco de la
rueda de prensa de ambos personajes, recogida por “Canarias Semanal. Org”- Garzón
contestó con cierta ambigüedad, si bien dejando la puerta abierta a dicho
ofrecimiento de Llamazares.
El ex juez Garzón, del que todos conocemos su
vocación pública, primero en su condición de magistrado –más técnica e
inicialmente discreta, hasta que fue configurándose su mito de “juez estrella”-,
y después en su súbito paso por la política de la mano de Felipe González con
el que acabó no del todo bien, al sentirse políticamente utilizado en una
campaña de imagen, que tanto le interesaba al entonces presidente del Gobierno
y líder socialista, que acabó con una rápida dimisión política de Garzón y su
vuelta al ámbito judicial.
Por consiguiente, no podemos negar que le
atraiga la “plaza pública”, pese a su mala experiencia en la fugaz incursión
política que realizó, y que en gran parte pudiera ser el origen de sus males
profesionales, pues se granjeó la enemistad de poderosos personajes desde la
derecha a la izquierda, que le generó un peligroso desamparo, lo que determinó
que salvo un sector de izquierda –más próximo a IU-, otros sectores
anticorrupción, y de la lucha antiterrorista –de distinto o ningún signo
político-, se quedara sin apenas apoyos de significación, para acabar laminado
por sus enemigos políticos, e incluso de la propia magistratura, entre la que -al parecer- no gozaba de gran predicamento por las incomodidades que les generaba, junto
con alguna inconfesable envidia de algún que otro colega.
Además es más que probable que tenga gran
interés en de restañar su imagen
pública, especialmente tras la forma en que fue relevado de su función
judicial, y no menos de hacer su “particular justicia” en el foro político,
ante tanta hipocresía de tanto personaje y personajillo político, y tan elevado
nivel de corrupción de la vida pública, como el que se ha llegado a alcanzar en
el país.
Cuestión distinta es si realmente tuviera
trazas de articularse políticamente tal operación, especialmente si se tratara
de una coalición de izquierdas al modo andaluz (PSOE e IU), pues eso supondría
realmente el inicio de la necesaria catarsis del PSOE –con abandono del viejo “aparato
felipista-guerrista”, junto con los “snobs zapateristas”- en búsqueda del
necesario ajuste de su identidad, de su ideología socialdemócrata prolaborista, en búsqueda de un nuevo liderazgo que
emergiera de las bases en forma coherente y creíble; pues de lo contrario, no
concebimos que el partido de Felipe González – con la ruptura tan traumática
que tuvieron y los quebraderos de cabeza le dio con el caso GAL- asumiera el
liderazgo político del que fuera “juez estrella”.
Diferente sería –por más factible, desde el
punto de vista de la realidad política- que IU se lo propusiera, en una
operación de izquierdas, excluido el PSOE. Si bien, esa operación tendría sus
límites de alcance electoral.
Aun así, sería bueno que personajes como
Garzón pudieran incorporarse a la vida política activa, pues creemos que tiene
grandes activos intelectuales, éticos, y sociales que podrían favorecer a un
sector de izquierdas, social, progresista que sea capaz de articular una
alternativa política de choque frente al neoliberalismo rampante, y una
izquierda moderada en plena crisis de identidad, de proyecto, mensaje y
liderazgo.
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