jueves, 4 de diciembre de 2014

PEDRO SÁNCHEZ MADURA POLÍTICAMENTE, TRAS ERRORES INICIALES


El actual líder del PSOE, Pedro Sánchez, parece ir mejorando su perfil de líder con el discurrir de los días, pues tras el inicial balbuceo hipermediático, y algún error de bulto como el de la supresión del Ministerio de Defensa, que fue rápidamente acallado y corregido en su entorno, parece que va consolidando un perfil de alternativa seria.
Pedro Sánchez es una persona que se va mostrando cada vez con más seguridad en su presencia ante los medios de comunicación en los que transmite un discurso reformista factible y probablemente compartido por la mayoría de la sociedad española, en lo que se refiere a sus sensatas medidas de defensa del “Estado del Bienestar”, mostrándose valladar ante su cuestionamiento, que lamentablemente y muy al pesar de muchos socialistas de carnet, se cuestionó en la práctica de la última etapa de gobierno de Zapatero, que trajo la desolación en sus filas cuyos perniciosos efectos electorales aún están padeciendo.
No obstante, Sánchez tendrá que ir despejando la legítima duda que asiste a la ciudadanía española, sobre si sus planteamientos reformistas entroncan con una auténtica política socialdemócrata conforme a las esencias ideológicas y naturales del PSOE –que nunca debió abandonar, por pura coherencia existencial de la misma formación, dado que su desnaturalización le reportaría una caída fulminante por el abandono de sus bases naturales-, y empieza a ser ese “verso suelto” que demanda la socialdemocracia europea, por la claudicación de una decidida defensa de la “Europa del bienestar” que no han hecho sus homólogos, al aceptar los cuestionables dogmas neoliberales de la política económica marcada por el Fondo Monetario Internacional y asumida por Alemania y el BCE; o si por el contrario, Pedro Sánchez está en un lavado de imagen electoralista, en el que se mueve como un decidido recuperador de la socialdemocracia, pero sin la menor intención de batallar más allá de sus resultados electorales.
Sin embargo, en honor a la verdad hay que reconocerle determinación en su actitud de lucha contra la corrupción que ha afectado a algunos miembros de su Partido, pero se le acabará objetando, que no ha tenido la misma fuerza dependiendo del escalón de poder, pues con Chaves y Griñán ha sido más condescendiente, si bien estos aún no están formalmente imputados. Por tanto, habrá que estar atentos a su actuación según la deriva de los acontecimientos judiciales.
También cabría pensar que el movimiento regeneracionista que viene apuntando Pedro Sánchez, con el PSOE y sus lógicas propuestas de abordaje político del problema catalán, vendrían condicionadas por el “desplazamiento electoral” que dan las encuestas con la irrupción del mensaje radical de PODEMOS, lo que le hubiera obligado a posicionarse con mayor determinación que en otras circunstancias donde electoralmente tuviera menos afectación. Aunque eso habrá de despejarlo con hechos en el discurrir del tiempo. Sin embargo, su actual mensaje y posición ha ido mejorando últimamente en el ámbito público.
Incluso en los debates parlamentarios muestra buena oratoria y contundencia en su discurso, algo que quizá haya de incrementar dado que los tiempos políticos actualmente en España van demasiado rápido y apenas tiene tiempo de seguir curtiéndose en la “bancada de la oposición”, pues si las encuestas se acabaran cumpliendo, sobre él podría recaer la llave de la gobernabilidad del país, bien pactando hacia la derecha con el PP, bien hacia la izquierda con PODEMOS y/ o IU, lo cual también podría traerle efectos colaterales indeseados, según la opción que adoptara; o bien simplemente dejar gobernar en minoría a la lista más votada, lo que también le podría pasar su pago político.
Por tanto, recibimos gratamente la percepción de una rápida y ágil maduración política, en la creencia que puede tener potencial de desarrollo y liderar el proyecto socialdemócrata español que quedó huérfano en la última etapa de Felipe González, como también de Zapatero, y por cuya causa el PSOE ha tenido una importante desafección de militancia, siendo no menor la de simpatizantes y votantes perdidos como lo reflejan los últimos resultados electorales y aún las encuestas. De forma que en la medida que retomen el “nicho ideológico propio” volverán a enlazar con el “depósito electoral” que le es natural, por lo que habrán de reorientar todo su programa a ese fin, y lanzar un claro y directo mensaje a lograr que sea creíble entre la ciudadanía que espera ahora mucho más que palabras vacías y promesas incumplidas.



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