lunes, 19 de diciembre de 2011

EL DISCURSO DE RAJOY: ALGUNOS APUNTES CON MUCHAS INCERTIDUMBRES



Llegó el esperado día en que Rajoy ha comparecido ante el Congreso de los Diputados y ha expuesto, en un largo discurso de casi hora y media, lo que van a ser las grandes líneas de su Gobierno en los próximos años, para que la Cámara le otorgue la confianza –que tiene asegurada con su propios escaños, que computan la mayoría absoluta-, y que se producirá en el día de mañana.
Sin embargo, el discurso de Rajoy no ha pasado de ser un cúmulo de lugares comunes con grandes incertidumbres, acompañado de algunos apuntes puntuales, a modo de anuncios de actuación. De forma que en el día de hoy sólo ha quedado expuesta una voluntad, una gran voluntad de arreglar los graves y grandes problemas del país, especialmente los económicos, sobre lo que ha sobreabundado su atención, como no podía ser de otra manera. Pero más allá de ese voluntarismo, de esos apuntes a modo de ejemplo de actuaciones pretendidas, no se ha indicado el procedimiento que se va a emplear. Nada se ha dicho acerca de ¿qué partidas presupuestarias van a soportar los mayores recortes económicos?, algo de vital importancia, pues aunque sepamos que se quiere marchar en una dirección, no es lo mismo hacerlo por un camino transitable, que campo a través.
Todos estamos de acuerdo con la voluntad del “presidente in pectore” de arreglar el grave problema del paro, incluso podríamos estar de acuerdo en la señalada –aunque tampoco explicada- reforma laboral; pero no se nos ha explicado técnicamente que sea realmente eficaz para luchar contra el paro, el hecho de volver a reformar la normativa de contratación laboral, pues se ha hecho en infinidad de ocasiones y no parece que haya sido eficaz. Otra cuestión es la reducción de los costos laborales, pero alguien tendría que explicar las experiencias que se tienen en otros países sobre esos planteamientos en relación a la generación de empleo.
Por otra parte, dentro de las acometidas apuntadas está la de reformar el sistema financiero, algo que pone de manifiesto que sigue siendo una cuestión pendiente, y que pese al año en que el Estado ha apoyado económicamente a la banca, esta sigue estando en “dique seco”, con el consiguiente perjuicio para nuestra economía. Así que hubiera sido de agradecer que se hubiera adelantado algo sobre el plan de acción en el sector.
En cuanto a la reforma de la educación secundaria, no se ha acabado de explicar el motivo de añadir un año más al Bachillerato, pues salvo que esto responda a auténticos criterios de calidad educativa, sólo va a suponer la demora de un año en el periodo de formación de los jóvenes; pues no se ha incidido en los fundamentos en que se basa esa decisión para una necesaria mejora de la calidad educativa.
Respecto a la simplificación de las Administraciones Públicas en evitación de duplicidades, debería de haber señalado con mayor precisión, pues los nacionalistas catalanes ya le contestaron que donde hubiera duplicidad redujera aparato estatal so pretexto del respeto de las competencias autonómicas. Sin embargo, pensamos que la apuesta del nuevo Presidente habría de ser por consolidar el Estado, reajustando el desarrollo autonómico por imperativo del duro ajuste económico al que nos somete la UE, y sin embargo apenas se ha detenido Rajoy en explicar cómo piensa actuar en esta área. Y así sucesivamente una tras otra las cuestiones que actualmente acucian a los españoles que requieren una urgente revisión.
Por tanto, ambigüedades, imprecisiones, acaso calculadas; para ir ajustando lo que vaya conviniendo sobre la marcha, en esa quirúrgica labor de ajuste que le encargue la UE.
Sin embargo, en este contexto expositivo parco en detalles y explicaciones, le ha sobrado una afirmación de puesta en escena, sobre su pretensión de claridad y sinceridad, llamando a las cosas por su nombre, al “pan, pan; y al vino, vino…”. Algo que casualmente hoy no ha hecho, pese a blasonar de ello. Por lo que no podemos evitar sentir que “mal empezamos….”.

1 comentario:

  1. Ocultar las propias intenciones, el firme deseo de continuar sometido al capitalismo exacerbado en el que nos hallamos inmersos, rebela el carácter de nuestro nuevo presidente: engañabobos. Y le irá bien, porque entre bobos anda el juego.

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