La audacia política de la presidenta manchega
del PP, Mª Dolores de Cospedal, eliminando el sueldo de los parlamentarios
castellano-manchegos ha abierto un importante debate público sobre las
retribuciones de los cargos políticos representativos, en concreto en los
parlamentos regionales, que en número de 17 se distribuyen por el territorio
español, con un sustancioso número de parlamentarios autonómicos que también
han contribuido al incremento del gasto público, que en la actualidad se hace
necesario reducir.
Sin embargo, la medida que conllevará un
ahorro estimado en Castilla la Mancha en torno al millón de euros durante el
próximo ejercicio presupuestario, ha puesto en primera línea del debate público
sobre la necesidad y conveniencia de que este trabajo político meramente
representativo en las asambleas regionales deje de ser retribuido, ya que más
que un trabajo propiamente hablando, conlleva una honrosa representación de la
ciudadanía de la Región autónoma, y por ello supone llevar a la cámara regional
la defensa de sus representados, mediante la participación en los debates de la
cámara, y sus comisiones.
No obstante, para indemnizar los gastos que
conlleven los desplazamientos y la participación en las labores de la Cámara
Castellano Manchega, Cospedal ha previsto pagar a sus diputados regionales las
correspondientes indemnizaciones por desplazamiento y asistencias, pero sin
embargo, ha eliminado la retribución salarial por dicha participación. Algo así
como lo que sucedía con los diputados provinciales y los concejales en las
Diputaciones y Municipios franquistas en que se consideraban cargos políticos
honoríficos por los que no se abonaba retribución alguna.
Claro que con esta medida de la presidenta
Castellano Manchega no parece estar de acuerdo otros presidentes autonómicos
que ya se han manifestado en contra de la medida, como el demagógico argumento
de Griñán señalando que de esa forma no se dedicarán a la política los
trabajares. Algo que no sólo no tiene fundamento, ni antecedentes conocidos,
como tampoco podrá esperar Griñán ni muchos políticos que la labor de servicio
público se acabe convirtiendo en un oficio o profesión, pues en eso sí que
tenemos clamorosos ejemplos en nuestro país.
Naturalmente otro tipo de actuación política
de cargos públicos, como los que conllevan acción de gobierno con plena dedicación
–a diferencia de las labores parlamentarias que se desarrollan a tiempo parcial
durante algunas jornadas a la semana- sí que justifican la percepción de un
salario por parte de la Entidad u Organismo Público al que se presten los
servicios.
Por tanto, la determinación de la presidenta
Manchega por lo razonable, y sobre todo por lo testimonial en estos graves momentos de crisis,
requeriría un mayor apoyo especialmente por parte de los demás presidentes
autonómicos del PP –para patentizar también su liderazgo político como
secretaria general del partido-, y para lanzar un claro mensaje a toda la
sociedad –incluido el propio Gobierno de la Nación, también del PP- de la
peculiar sensibilidad de su grupo político con los esfuerzos de la sociedad
española tendentes al ahorro indicado para conseguir el logro de los duros
objetivos marcados por el Gobierno. Aunque si Cospedal renunciara, al propio
tiempo, a uno de sus múltiples retribuciones por sus múltiples cargos públicos,
también ayudaría mucho más a vender mejor su idea por dotarla de plena
coherencia y atribuirle una autenticidad aún por demostrar, aunque aplaudamos
este gesto no menor.
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