viernes, 13 de marzo de 2015

EN LA BÚSQUEDA DEL “CENTRO PERDIDO”



          Llegamos a un nuevo periodo electoral en nuestro país en unas condiciones extraordinarias, que lo hacen hasta cierto punto novedoso, por cuanto que parece desmoronarse el tradicional bipartidismo en el que se venía asentando la gobernanza española desde la transición evocando, en cierto modo, la histórica restauración monárquica canovista de finales del S. XIX y principios del XX.
            Ese bipartidismo representado por el PP y el PSOE (que venía a aglutinar a las sensibilidades políticas de derecha –más conservadoras- o de izquierda – más progresistas-), cuyos máximos dirigentes pronto descubrieron allá por los años ochenta del siglo pasado, que en España las elecciones se ganaban por el “centro” político, e hicieron grandes esfuerzos ideológicos y de comunicación para aparentarse “centrados” (enfatizando el PP ser “centro derecha” y el PSOE “centro izquierda”).
            En el momento actual, en que el PP –más allá de su discurso electoralista autojustificativo- ha cogido la bandera del neoliberalismo (en concordancia con el stablishment político-económico de la UE), y el PSOE ha perdido su identidad en la práxis política en la que no le queda apenas margen que adaptarse a la marcada vía del neoliberalismo económico, han emergido nuevas formaciones políticas que tratan de recoger el desencanto de ambos grupos políticos antes hegemónicos, y de paso dar un nuevo tratamiento político, unas nuevas propuestas (acaso no tan novedosas en la práctica), y como el gran “caladero de votos” estaba en el “centro político”, también se autodefinen de centro y se reivindican como tales.
            Así en ese punto encontramos a dos formaciones políticas (nacidas en el contexto comentado): CIUDADANOS y UPyD, que tras debatir sobre una posible fusión o coalición electoral han acabado por rechazar tal hipótesis, y concurren con propia marca y por separado a las elecciones.
            Empezando por el más antiguo, UPyD que liderado por la ex socialista Rosa Díez, se creó como reformulación socialdemócrata ante un PSOE sin rumbo (de la época de Zapatero) y concitó la simpatía de sectores de la intelectualidad de nuestro país, tratando de combinar una ideología “liberal radical” (afrancesada – ilustrada) con una de tipo socialdemócrata, que ideológicamente le posicionaría en el espectro político de “centro izquierda”, dentro de un paradigma político hipotéticamente comunitario – social, habiendo hecho una discreta y presentable labor de oposición (teniendo en cuenta la poca representación política alcanzada)en la que han emprendido acciones judiciales en los grandes casos de corrupción política y financiera, con un planteamiento de Estado-Nación claro en defensa de los derechos de la ciudadanía, así como de un Estado-Social y Democrático (según definición constitucional), habiéndose vertebrado en todo el territorio nacional en el que tiene estructura y organización.
            Por su parte CIUDADANOS, liderado por Albert Rivera, viene a ser una reedición de un proyecto inicialmente autóctono (circunscrito a Cataluña, que no por ello catalanista, ni catalán en su posterior extensión territorial), viene a ser una reformulación pragmática del PP apelando a la defensa de las clases medias, de una ciudadanía desencantada, que se ubica en un escaso programa político de porte liberal (de hecho pactó con el pequeño partido liberal: CDL, que se ha integrado en sus filas), en el que se desliza la idea de cierto desplazamiento de la política a la gestión (es decir: centrar la política – lo político en una eficaz gestión de lo público), como si la política (la comprensión de lo público, del Estado, de la justicia, de la democracia, de la igualdad, de la ciudadanía) fuera poco menos que literatura de clase (de políticos para políticos), poniendo énfasis en la gestión de lo público como el núcleo de interés ciudadano (como si la gobernanza de las instituciones públicas fueran parangonables a la de una comunidad de propietarios). Además, por su improvisación al salto nacional, carece de vertebración territorial. Algo que no aparenta importancia, pero que la tiene y mucho, pues de la comprensión del mundo, de lo público y privado, derivarán posiciones políticas como la de primar servicios públicos o reducirlos (apostando por el Estado de mínimo de porte liberal), etc.
            En cualquier caso, dicho esto a modo meramente enunciativo, pues su desarrollo daría para un análisis mucho más extenso, habrían de ser los ciudadanos responsables de su presente y futuro, los que escudriñaran los programas, los talantes y las acciones para que su voto sea una decisión personal y responsable, de madurez democrática.
            Consecuente con lo dicho, resulta la observación de las nuevas encuestas electorales que le dan una caída en intención de voto al bipartidismo, en tanto que recogen una espectacular subida de formaciones como la de CIUDADANOS, que supuestamente recogería votos en el caladero de desencantados de centro y derecha (especialmente del PP), porque digan lo que digan sus representantes, esta formación política está siendo claramente identificada en el paradigma liberal-conservador (derecha) por parte de la mayoría de la ciudadanía, lo cual les presenta como una alternativa clara al PP, acaso una reedición del PP que incapaz de hacer su propia regeneración política interna, se la van a hacer desde CIUDADANOS, con los que posteriormente cabría la alta posibilidad de que se establecieran pactos políticos y hasta de gobierno.

            Sin embargo, UPyD no ha despegado electoralmente como hubiera sido de prever, puesto que la aparición de PODEMOS (en la izquierda, con sus planteamientos de transversalidad política, junto con una discreta reformulación del PSOE con Pedro Sánchez) e incluso con algunos trasvases a CIUDADANOS (por la derecha), le están dificultando su progresión en el abanico de las opciones políticas españolas, ante lo que habría de redefinir mejor su posición y exponerla con mayor claridad. Si bien, en un horizonte más o menos inmediato no apreciamos su posible encaje o entendimiento político ulterior con otras fuerzas, ya que es menos previsible que en el caso de CIUDADANOS, a la vista de la actual situación.

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