viernes, 30 de marzo de 2012

HUELGA PIQUETERÍA Y MANIFESTACIÓN


Las reflexiones que podemos hacer a la conclusión de este día de protesta laboral en todo el País, vienen servidas por los diferentes perfiles que la información facilita para un análisis provechoso y sereno de la protesta general.
Por un lado, evidenciamos la guerra de cifras –que como en todo conflicto, inunda la información de forma contradictoria, sin que se pueda llegar a barajar una con autenticidad-, por otro lado está la causa – que nos parece legítima por el importante recorte de derechos sociales, que difícilmente podía pasar sin respuesta-, también los medios empleados para manifestar la protesta, dentro del derecho constitucional a la huelga y a la pública manifestación- que sin embargo no ampara la piquetería generalmente coactiva, que fue la raíz de la mayoría de los incidentes y detenciones subsiguientes-, y finalmente los efectos de la protesta –interna e internacionalmente-.
En cuanto a la guerra de cifras, parece que hubo una importante participación huelguística en la industria –probablemente pactada de recuperación, para evitar problemas-, alta incidencia en transportes en las principales ciudades, y poco más. Por lo que las cifras de participación –dadas por los sindicatos convocantes- del 75% al 80% como seguimiento masivo, no acabamos de constatarlo. Pues de hecho importantes sectores de actividad como los empleados públicos apenas superaron el 10% de participación. Incluso los datos de consumo eléctrico dan que pensar que la actividad huelguística fue menor que la de la anterior huelga general. Todo lo cual, debe hacer recapacitar al mundo sindical convocante –pues no hay unanimidad entre otras centrales sindicales- en la inidoneidad de este medio de protesta por su exiguo apoyo y los perniciosos efectos del mismo.
Por lo que respecta a la causa de la huelga, creemos que tiene toda la legitimidad del mundo, que los trabajadores protesten públicamente por una reforma que les hace perder importantes derechos adquiridos durante décadas, y sobre todo, porque representa que se les pasa una importante parte de la factura de la crisis económica –de cuyo origen son ajenos-, entre tanto los verdaderos causantes de la crisis (la banca) sigue siendo tratada con “paños calientes” por los gobiernos del PSOE y del PP, sin que realmente asuman un coste equivalente en el pago de los daños de la crisis que ellos mismos propiciaron.
Los medios empleados para manifestar la protesta son los que habitualmente utilizan los colectivos sociales en una democracia, que además tiene su amparo en el propio texto constitucional español, como son el derecho de manifestación y el de libertad de opinión, que permite expresar públicamente una protesta ante lo que se considera un tratamiento injusto.
En esta protesta se han seguido diversos medios, por un lado la huelga general, que es lícita, aunque puede pensarse que sea inoportuna para la actual situación económica del país, pero cada uno se queja cuando le duele, y a los trabajadores de este país le han hecho particular daño la pérdida de derechos sociales. Y lo que es peor, aún está por ver que sean realmente válidas para facilitar el empleo y la reducción de la importante cifra del paro –que es la razón gubernamental para imponer este sacrificio de derechos laborales a los colocados-.
Sin embargo, la formación de piquetes llamados informativos –que realmente acaban generando coacción y violencia física y moral, a los que quieren hacer uso legítimo de su derecho al trabajo- no parece que tenga ningún tipo de amparo ni sentido. Hemos visto una vez más, numerosas imágenes de violencia de esos piquetes, agrediendo a otros ciudadanos, insultándolos, rompiendo y quemando mobiliario urbano. Y lo que es peor, dado que la violencia llama a la violencia, tales actitudes han de ser reprimidas por las fuerzas de seguridad con los consiguientes efectos colaterales dañosos de cualquier carga policial o empleo de fuerza en el medio urbano concurrido. Pero sobre todo, por el efecto de llamada que ha tenido –singularmente en Barcelona- con los grupos antisistema, que una vez concluida la jornada de protesta, pero so pretexto de la misma, se han dedicado a montar su particular “guerrilla urbana”. ¡Eso no puede ser tolerable en un Estado democrático y de derecho…!.
Afortunadamente, al margen de esos episodios de violencia callejera, se produjeron cientos de manifestaciones de conclusión de la jornada de protesta seguidas mayoritariamente –ahí están las imágenes, que aportan un apoyo masivo- y que de forma pacífica expresaron su queja y malestar por las referidas medidas gubernamentales. Este último es un hecho innegable de importante apoyo social de la protesta, y sobre todo, a tener en cuenta por parte de la subsiguiente acción de gobierno en los ulteriores recortes que quedan por efectuarse, donde ha de templar la tijera para no cortar donde siempre.
Y por último, los efectos de la protesta nos llevan a la clave de todo. Pues con pragmatismo se podría decir que la “queja ya estaba descontada” en las previsiones gubernamentales –como lo expresó el Presidente Rajoy en Bruselas-; aparte que como dice el refrán “una golondrina no hace verano..”. De ahí que se entienda el mensaje de los líderes de CCOO y UGT de que esto es sólo el comienzo, si no se rectifica a tiempo.
Pero el problema es que, desde que estamos en la Unión Europea (UE) hemos ido cediendo sectores de soberanía, como en el caso que nos ocupa –con la política monetaria-, y ello nos lleva a que tengamos necesariamente que maniobrar con herramientas homologadas por Bruselas, de forma que esta cuestión realmente así planteada excede a las posibilidades prácticas del Gobierno de España, pues se debe mucho dinero al exterior –nos exigen productividad para que nos sigan prestando, o en su caso la devolución, y además no seguirán dándonos crédito-. En definitiva, y a grandes rasgos, esas son las premisas de la UE con España –como lo ha sido con Grecia, Portugal, Irlanda e Italia-.
Pues este es el sistema económico globalizado en que nos hemos embarcado. De forma que si queremos mantener el nivel de vida, nos dicen que hemos de producir más, o sea hacer más negocio (tener más ingresos), para lo cual hay que ser más productivos que los del entorno. Y así sucesivamente, en una lucha infinita por ser y tener, en que no pocas personas quedarán al margen del sistema, por improductivas (que antes el “Estado Social”, más o menos acomodaba, pero que ahora no se está dispuesto a asumir), y de igual forma parece que llegará a pasar con colectividades como los Estados. A los que estos vecinos y socios, acabarán repudiando por considerarlos “tóxicos”.
Naturalmente todo esto es fruto de un sistema capitalista desbridado, competitivo, individualista, insolidario, que busca la eficacia del rendimiento, o sea de la ganancia. Lo demás sobra… Tal parece que sea el rumbo que han impuesto a la UE. Sociedad a la que pertenecemos, como los otros “países tóxicos”, y que ninguno ha cuestionado sus fines, ni sus métodos, entregados todos al espejismo de la riqueza y de la ganancia sin par. Naturalmente para unas elites, que supone que antiguas revoluciones sociales y políticas hayan quedado ya en el recuerdo histórico, pues los derechos ciudadanos, y la estructura social asumida tras ellas, tiende a desaparecer, en beneficio de una pequeña clase (incluidas corporaciones) que detenta la mayoría de la riqueza, y una mayoría de trabajadores –que por el sustento están dispuestos a hacerles el juego-; el resto no cuenta –pues no sirve al sistema- y quedará socialmente excluido, todo ello en el marco de un “juego económico global” más especulativo que creativo.
En ese turbio horizonte es donde cabe preguntarse: ¿hay alternativas?, ¿puede reconducirse ese objetivo atisbado?. Esa creemos que es la auténtica clave. El poder desentrañar esas preguntas, y determinar si nuestro pueblo quiere embarcarse en esa aventura, o por el contrario prefiere otro rumbo –naturalmente con sus consecuencias-.

lunes, 26 de marzo de 2012

ANDALUCÍA, ASTURIAS Y LOS PRESUPUESTOS: TRIPLE ERROR DE LA ESTRATEGIA DEL PP


 Los desafortunados resultados electorales obtenidos por el PP en Andalucía y Asturias, revelan un triple error de los estrategas de Génova, ya que por un lado, fueron incapaces de arreglar los problemas internos en la Dirección asturiana popular –evitando que Cascos marchara con otro proyecto-, y por otro lado, ha también ha evidenciado que el bajo perfil de su campaña en Andalucía ha desmovilizado a casi medio millón de sus votantes, y ello pese a la estrategia de demorar los Presupuestos Generales del Estado para no ahuyentar el voto.
Y es que una vez más, se demuestra que ni las encuestas, ni las estrategias políticas, son capaces de reconducir la voluntad de un electorado, cada vez más escamado de la prédica política al uso. Lo que demuestra que la ciudadanía ya ha alcanzado la “mayoría de edad democrática en nuestro País”.
El caso asturiano es el clásico de “peleas de familia”, donde la derecha se ha dividido en dos opciones, más personales o parroquiales que propiamente ideológicas, con lo que ello ha supuesto de división de fuerzas y dispersión del voto, que según los datos escrutados –y los aún por escrutar, del voto por correo-, dejan la gobernabilidad asturiana en el aire, pues aunque el PSOE ha sido la fuerza más votada, sin embargo la pinza entre FORO y PP pudiera –de confirmarse el escrutinio- ser la fuerza de gobierno en el principado. Algo que plantea la futilidad y el error político del PP, al no dar cabida a su antiguo dirigente, a favor de “cabildillos locales”; cuando Cascos conocedor de su tirón entre gran parte de la militancia y la ciudadanía asturiana, no se achicó a las órdenes de Génova y se marchó para liderar otra formación con tintes algo regionalistas para marcar cierta diferencia de identidad entre su propio electorado – cogido del habitual del PP-. Y donde antes Génova no dio “cuartelillo” a Cascos, ahora no tiene más remedio que ponerse en sus manos si quieren que la derecha retome el poder en Asturias. ¡Menudo chasco…!.
El caso andaluz es distinto, aunque el candidato es el de casi siempre (Arenas), que se presentaba por cuarta vez, y por cuarta vez ha perdido la posibilidad de acceso al gobierno andaluz. Lo cual, daba cuenta de la dificultad de la empresa, donde la sociología andaluza ha acogido tradicional y democráticamente siempre mejor a la izquierda, en un medio rural antiguo donde el contraste entre el terrateniente y los labradores resulta ser aún importante y vigente.
Aunque las tres décadas de gobierno de izquierdas, con su consiguiente desgaste, la reciente pérdida del Gobierno del Estado, y los casos de corrupción andaluza, que dieron lugar a anunciar un “vuelco electoral” en las encuestas, sin embargo no han sido suficientes para convencer al electorado andaluz, de forma mayoritaria, en la necesidad de un cambio político.
Sin embargo, hay otro dato no menor, que deriva de la contemplación de que en las elecciones generales de noviembre pasado, el PP obtuvo en Andalucía dos millones de votos –con los que habría conseguido la mayoría absoluta para gobernar desde el palacio de San Telmo-, pero que paradójicamente cuando se esperaba su concurrencia en las urnas para hacer efectivo un supuesto cambio, sin embargo se ha descolgado nada más y nada menos, que medio millón de votos. ¿Qué ha pasado para que este dato se haya dado?.
¿Acaso el bajo tono político de la campaña electoral, su escasa atracción del voto propio?, ¿quizá los recortes económicos practicados desde el Gobierno Central del PP?, ¿probablemente el triunfalismo tácito del PP ante unas encuestas tan favorables?. Eso es algo que los estrategas de campaña del PP habrán de estudiar con cauteloso detalle para evitar volver a errar en futuras acciones. Pero es evidente, que se ha dado una importante desafección del voto popular en estos tres meses, que no ha sido capaz de movilizar y afianzar la campaña política de Arenas, mientras que el voto socialista sí ha respondido con fidelidad al resultante de las últimas generales.
Ahora bien, lo que sí pone de manifiesto es que Andalucía tiene una mayoría absoluta de izquierdas, que si consigue pactar gobierno –como parece-, hará de “cabeza de puente” de oposición política al Gobierno Central de Rajoy, siendo así cabeza de contestación social de izquierdas a las políticas liberales de derechas, que probablemente puedan conllevar un contrapeso en la acción de gobierno de Rajoy –que en las propias Cámaras legislativas no tiene, por ostentar una cómoda mayoría absoluta-, pero que evidencia que una parte importante de la ciudadanía española no comparte ciertos recortes sociales, lo que habrá de dotar de mayor cautela, diálogo y consenso la acción de gobierno de la Moncloa.
Y sobre todo, parece claro que el PP no tiene líder en Arenas para regir Andalucía, con esta cuarta derrota, no parece que sea recomendable seguir apostando por él para sucesivas campañas. Por lo cual, se habría de abrir un periodo sucesorio en el PP andaluz para encontrar un nuevo líder que sea capaz de conseguir los logros electorales que se le niegan de forma tan persistente al veterano Arenas.
Por último, quedaría dejar constancia de la inutilidad de la estrategia de “esconder” el proyecto político derivado de los ajustes económicos, demorando artera pero peligrosamente los presupuestos generales del Estado para no perjudicar los intereses electorales del PP andaluz, con el costo político que ha conllevado en la UE y el propio económico en la prima de riesgo de los mercados. ¡Gran paradoja…!, de quienes urgían la marcha del presidente Zapatero, para poder tomar medidas urgentes en orden a enderezar la economía española, y que una vez en el poder, no tienen prisa en hacerlo por intereses electoralistas regionales. Algo que aparenta ser, cuanto menos, irresponsable, e inmoral. Y para colmo, de nada les ha servido, habiéndonos perjudicado a todos en la credibilidad como Nación.

sábado, 24 de marzo de 2012

VIAJE DEL PAPA A MÉJICO Y CUBA


Valiente viaje de Benedicto XVI al Caribe, y no precisamente vacacional, pues Méjico y Cuba representan dos paradigmas nacionales rechazables, desde la perspectiva evangélica y civilizada, siendo sociológicamente católicos.
La visita del Santo Padre a Méjico y Cuba  representa un audaz y necesario toque de atención del representante de la Iglesia a los Gobiernos y sociedades mejicana y cubana, para que abandonen el sendero por el que marchan y retornen a otro más civilizado de pacífica y justa convivencia civil.
Méjico es un país paradigmático en la evolución político-social de un sistema en que la corrupción y la violencia se ha asentado desafiando al propio Estado. País que tras la revolución política que padeció, procuró implantar un sistema social-liberal avanzado sobre la base de la hipotética defensa de los derechos civiles, con soporte ideológico y metodológico masónico-liberal, que acabó derivando en un sistema de partido único (PRI) bordeando la esencia del propio sistema democrático, que le sumió en una grave corrupción política, y progresivo deterioro político y social.
Sin embargo, este país que cuenta con unos grandes recursos naturales –incluidos los petrolíferos- junto al gran vecino del norte (EEUU), tiene unas grandes bolsas de pobreza, junto con grandes personajes afortunados que encabezan la lista de los más ricos del mundo. Siendo, por tanto, un país de contrastes en el que existe una oligarquía caciquil, agraria y terrateniente, que ha evolucionado hacia los nuevos negocios, y una clase trabajadora pobre, especialmente la agraria; junto a ella subsiste una clase media en las ciudades, que sobrevive en el sector servicios.  Luego resulta una estructura socio-económica injusta, que además padece una clase política con alto grado de corrupción. Algo que se ha agravado, en los últimos años, con la aparición de importantes mafias dedicadas al tráfico de drogas y a la trata de blancas, que compiten por hacerse con sectores del negocio, habiendo contribuido con ello a un alarmante crecimiento de la violencia y el crimen, que no han podido llegar a ser controlados y reducidos por un Estado que se muestra incapaz de ello.
En cuanto a la situación de la Iglesia, no es mucho mejor, pues a la tradicional llegada de grupos protestantes y otras sectas venidas del Norte, que han determinado importantes apostasías de católicos –meramente bautizados-, hay que añadir el problema no menor que representó para la Iglesia Católica el escándalo de la congregación de los Legionarios de Cristo –de origen mejicano-, tras conocerse la doble vida de su fallecido fundador. A lo que el Vaticano está tratando de dar salida, de la mejor manera posible, evitando “apagar el pábilo vacilante”.
Por otra parte, Cuba representa el otro paradigma reprobable de un Estado comunista, totalitario, liberticida, que aún practica la persecución a la disidencia, que tiene restringidas las libertades públicas, impide el pluralismo político, y además ha mantenido persecución sobre la Iglesia, aunque en los últimos años de forma más discreta.
Ya Juan Pablo II –en su visita a Cuba- habló con valentía a Fidel de los derechos humanos, de las libertades públicas, pero sirvieron de poco al caudillo de la Habana.
Aunque en la actualidad, quizá sea Cuba la más interesada en acercarse a Roma para que le facilite el necesario proceso de cambio político y social que el país ha de realizar, pues la revolución comunista ha fracasado también en el Caribe. De hecho, junto a la gran restricción de libertades, existe una situación económica general que raya en la pobreza, de la que el sistema no encuentra la forma de salir, y por la que los cubanos se encuentran desesperanzados de un régimen que agotado, está en los últimos estertores; que posiblemente se vaya con los Castro, si no llega a colapsar económicamente antes.
Por consiguiente, se trata de un importante viaje en los ámbitos político, religioso y social, el que lleva a este anciano pontífice a acercarse a una realidad sufriente, injusta, y donde el hecho religioso está prácticamente ausente de las vidas de sus ciudadanos. Por ello, es importante la labor profética que asume el Vicario de Cristo en esta visita, que de forma paradigmática –como hemos indicado- puede extrapolarse a otras realidades de nuestro entorno mundial.

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL FÚTBOL ESPAÑOL Y SU MAL EJEMPLO SOCIAL POR MILLONARIAS DEUDAS TRIBUTARIAS


Es un escarnio que en la actual situación de grave crisis económica, en que el Estado requiere del esfuerzo de todos los laboralmente activos para sacar el país adelante, el “laureado fútbol español” exhiba su cara tramposa e insolidaria al deber a la Hacienda Pública 752 millones de euros, y 10,6 millones de euros a la Seguridad Social.
Dinero que hace mucha falta en las arcas públicas para hacer frente a los ingentes gastos públicos del país, que además aumentan al crecer el paro y tener que hacer frente al coste social que comporta.
Además de ser legalmente demandable es también éticamente reprobable, que los clubes de fútbol profesional de la liga española sean capaces de pagar unas retribuciones y unas primas por fichajes auténticamente siderales –como no se pagan en ningún otro país del mundo-, con tal de poder atribuirnos la fanfarria de tener la “liga de las estrellas”, y sin embargo sean incapaces de mantener una proporcionada administración de sus finanzas ajustando sus gastos a sus reales ingresos, y asumiendo sus obligaciones tributarias y sociales con el consiguiente civismo y la no menos digna honradez.
Seguro que de esta situación hay algún club que escapa por su buena gestión. Lo desconocemos, pues no se ha hecho pública la relación de los deudores, que debía de haberse publicitado pues se trata de obligaciones públicas. Y por consiguiente, la generalización puede resultar injusta con aquellos que no sean morosos en sus obligaciones tributarias. Pero nos tememos, que la excepción ni será generalizada ni exonerará a la familia del fútbol profesional español de la mala fama que este tipo de conductas suele conllevar.
En todo caso, esto nos pone de manifiesto que “no es oro todo lo que reluce”, que en medio de tanta épica de triunfo y tanto entusiasmo hay sus miserias morales, que no benefician a algo tan noble como el deporte.
Pues con independencia de la gravedad de la situación de un estado más o menos generalizado de deuda fiscal de nuestro fútbol patrio, hemos de considerar que no parece éticamente asumible que mientras un trabajador hace largas jornadas de trabajo para llevar a casa un sueldo de poco más de mil euros al mes, y en el mejor de los casos algo más, naturalmente dando gracias al cielo –por poder contar con un trabajo y un jornal-, resulta que los clubes de fútbol pagan auténticas fortunas a cada uno de sus jugadores, especialmente  en la primera división y de forma muy concreta en los clubes destacados de la misma, así como millonarios traspasos, que no resultan moralmente justos en tiempos de bonanza y mucho menos en tiempos de crisis, por su desmesura, que curiosamente se acepta y jalea como socialmente aceptable, idolatrando a algunos deportistas multimillonarios que exhiben sin pudor su caprichoso y ostentoso nivel de vida.
Situación que una sociedad éticamente responsable, solidaria y madura hubiera rechazado de inicio. Pero que esta sociedad consumista, exhibicionista, insolidaria e individualista, no sólo no lo rechaza sino que lo ampara y asume como valor social exportable. Icono de grandeza, triunfo digno de emular por nuestra juventud.
¡Realmente estamos inmersos también en una auténtica crisis moral…!.