miércoles, 14 de marzo de 2012

EL FÚTBOL ESPAÑOL Y SU MAL EJEMPLO SOCIAL POR MILLONARIAS DEUDAS TRIBUTARIAS


Es un escarnio que en la actual situación de grave crisis económica, en que el Estado requiere del esfuerzo de todos los laboralmente activos para sacar el país adelante, el “laureado fútbol español” exhiba su cara tramposa e insolidaria al deber a la Hacienda Pública 752 millones de euros, y 10,6 millones de euros a la Seguridad Social.
Dinero que hace mucha falta en las arcas públicas para hacer frente a los ingentes gastos públicos del país, que además aumentan al crecer el paro y tener que hacer frente al coste social que comporta.
Además de ser legalmente demandable es también éticamente reprobable, que los clubes de fútbol profesional de la liga española sean capaces de pagar unas retribuciones y unas primas por fichajes auténticamente siderales –como no se pagan en ningún otro país del mundo-, con tal de poder atribuirnos la fanfarria de tener la “liga de las estrellas”, y sin embargo sean incapaces de mantener una proporcionada administración de sus finanzas ajustando sus gastos a sus reales ingresos, y asumiendo sus obligaciones tributarias y sociales con el consiguiente civismo y la no menos digna honradez.
Seguro que de esta situación hay algún club que escapa por su buena gestión. Lo desconocemos, pues no se ha hecho pública la relación de los deudores, que debía de haberse publicitado pues se trata de obligaciones públicas. Y por consiguiente, la generalización puede resultar injusta con aquellos que no sean morosos en sus obligaciones tributarias. Pero nos tememos, que la excepción ni será generalizada ni exonerará a la familia del fútbol profesional español de la mala fama que este tipo de conductas suele conllevar.
En todo caso, esto nos pone de manifiesto que “no es oro todo lo que reluce”, que en medio de tanta épica de triunfo y tanto entusiasmo hay sus miserias morales, que no benefician a algo tan noble como el deporte.
Pues con independencia de la gravedad de la situación de un estado más o menos generalizado de deuda fiscal de nuestro fútbol patrio, hemos de considerar que no parece éticamente asumible que mientras un trabajador hace largas jornadas de trabajo para llevar a casa un sueldo de poco más de mil euros al mes, y en el mejor de los casos algo más, naturalmente dando gracias al cielo –por poder contar con un trabajo y un jornal-, resulta que los clubes de fútbol pagan auténticas fortunas a cada uno de sus jugadores, especialmente  en la primera división y de forma muy concreta en los clubes destacados de la misma, así como millonarios traspasos, que no resultan moralmente justos en tiempos de bonanza y mucho menos en tiempos de crisis, por su desmesura, que curiosamente se acepta y jalea como socialmente aceptable, idolatrando a algunos deportistas multimillonarios que exhiben sin pudor su caprichoso y ostentoso nivel de vida.
Situación que una sociedad éticamente responsable, solidaria y madura hubiera rechazado de inicio. Pero que esta sociedad consumista, exhibicionista, insolidaria e individualista, no sólo no lo rechaza sino que lo ampara y asume como valor social exportable. Icono de grandeza, triunfo digno de emular por nuestra juventud.
¡Realmente estamos inmersos también en una auténtica crisis moral…!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario