jueves, 21 de julio de 2011

EXABRUPTO DE ROSELL, “EL PATRÓN DE PATRONOS”

El refranero español –con su sabiduría popular- ya acuñó un famoso dicho: “si quieres saber quién es fulanico…, dale un carguico..”. Y realmente es una verdad axiomática.


Así, un tal Rosell –recientemente nombrado presidente de la CEOE-, “patrón de patronos”, ha mostrado su parecer en lo de la crisis económica, respondiendo típicos tópicos, en vez de a razones técnicamente fundadas, como sería de esperar en un personaje de su talla pública.

Así, en una conferencia se “descolgó” con un análisis propio de la más pura demagogia de la derecha ultramontana, poniendo en el centro de la polémica a los funcionarios públicos, de los que soltó alguna “perla” más propia de “barra tabernera” que de un foro de iniciados a la economía y a la empresa al que se estaba dirigiendo.

Señalando la falta de productividad, exceso y prepotencia de este sector de trabajadores. En el que como todo colectivo, habrá de todo, pero generalizar es injusto.

Pero además, olvida el tal Rosell que los funcionarios públicos –no son un ente autónomo, que se autogenera a sí mismo-, ya que están dirigidos por la clase política, emergida mayoritariamente de las urnas, que dirige las Administraciones Públicas (central, autonómica, local e institucional). De forma que cualquier acierto o desacierto en los medios humanos para gestionar los servicios y el ámbito de lo público, es imputable a los ejecutivos que los conducen. Luego la crítica o el aplauso hágalo Rosell a los “patronos públicos”, que en esta España autonómica, se nutren de la diestra y siniestra –dicho en términos políticos-. ¡Sea valiente, y haga una crítica política, si es eso lo que piensa…!. No arremeta directamente contra los empleados públicos.

Por otra parte, podemos estar o no de acuerdo con el dimensionamiento de las Administraciones Públicas en España, y en particular con el régimen autonómico. Pero eso es otra cuestión, además para foros de especialistas, y desde luego en función de los programas políticos que obtengan el respaldo mayoritario de la ciudadanía. ¡Así se deben hacer las cosas en una democracia!.

Pero antes de ello, tendría Vd. que haber hecho un repaso sobre sus “colegas de la patronal”; pues salvedad de pequeños y medianos empresarios –a los que Vds. no suelen representar-, no pocos empresarios en este país, gestionan sus empresas de forma peculiar (infrafinanciadas –con altos índices de endeudamiento-, con subempleo –en condiciones laborales injustas-, escudándose en los costos laborales y fiscales, etc.). ¡Qué lejos están del empresariado alemán, por poner un ejemplo del entorno…!, pues asume –a diferencia de muchos de aquí- su “responsabilidad social corporativa”. ¡Por cierto, de nada de eso, le escuchamos hablar...!. Y eso sí que afecta directamente a un pronto remonte de la crisis. ¡Falta cultura empresarial en nuestro país…!.

Así que antes de señalar impúdicamente a los trabajadores públicos, cayendo en los tópicos pseudochistosos, fíjese Vd. más en su entorno, en sus próximos, diríjase a este con el mismo desparpajo que lo ha hecho al colectivo funcionarial, y aprémieles a que sean auténticos profesionales de la empresa, solidarios, y asuman su responsabilidad social en tiempos difíciles, que es cuando más falta hace.

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