domingo, 3 de mayo de 2015

EL ABANDONO DE MONEDERO, O LA IMPOTENCIA DE PODEMOS


           Estos días ha saltado la sorprendente noticia del abandono de Monedero de la élite de PODEMOS, y acaso de la misma formación política, él que fue junto a Pablo Iglesias uno de los padres de la nueva formación política, ha acabado por abandonar su proyecto, con sugerentes declaraciones de hartazgo y decepción.
            ¿Qué le ha pasado a Monedero, que siendo el “factótum” de PODEMOS, ha terminado por abjurar de su paternidad en esta criatura política?.
            Ciertamente, la existencia de PODEMOS creemos que se debe a la conjunción de la dura crisis económica y subsiguiente crisis política española, con la aparición del fenómeno de protesta denominado 15-M, que dos jóvenes profesores de Ciencias Políticas, Iglesias y Monedero, acabaron por articularlo políticamente, con un lenguaje claro, directo, crítico contra el sistema bipartidista, rompedor y retador frente a este, en un diagnóstico bastante certero de la realidad política española, de su democracia de baja calidad, que empezaba a romper las “costuras del pacto de la transición”, en manos de unas élites políticas, económicas y sociales que previamente habían convenido un determinado “statu quo” de entendimiento en sus propios intereses, anteponiéndolos al interés general del país.
            Ese fue el éxito inicial de PODEMOS, o mejor dicho, de sus mentores: Iglesias, Monedero, Errejón, Bescansa, etc., que con tal discurso llegaron al “corazón de la calle”, dado que por primera vez en varias décadas se empezaba a describir una realidad, a levantar el velo de un sistema político económico, que en los trances de la crisis empezaba a colapsar, al tiempo que seguía con sus crecientes excrecencias de corrupción política escandalizando al pueblo soberano. De ahí el éxito aparente de PODEMOS en sus inicios, con ese discurso rompedor y directo.
            Sin embargo, teniendo en cuenta que lo fácil es el diagnóstico (cuando se observa bien la realidad) y lo difícil es la terapia (para sanar tal realidad enferma), pronto empezaron a emerger los problemas en el seno de PODEMOS, dado que su régimen asambleario pronto se reveló ineficaz para articular un programa de consenso y defensa de la clase media y trabajadora del país, al tiempo que en la formación, recaló todo tipo de personas de diversa sensibilidad social y política (desde comunistas, anarquistas, socialistas, socialdemócratas) que desde el centro izquierda hasta la izquierda más dogmática se recorría todo ese espectro político, no del todo conciliable. De hecho, los “padres fundadores” (Iglesias, Monedero, Errejón, etc.) provenían de posiciones comunistas en IU, que abandonaron por razones diversas.
            Al extremo que la estrategia inicial de Pablo Iglesias, de no definir políticamente el proyecto de PODEMOS, en razón a una pseudoargumentación de la “transversalidad política" (que afecta por igual se sea de derechas que de izquierdas), sin embargo no compartimos su análisis de ello, en razón a que la respuesta no suele ser la misma, desde posiciones de derechas que de izquierdas ante un mismo problema político. Además, la evolución de la política nacional y del mismo PODEMOS les ha obligado a afinar más en tal ambigüedad como inexactitud de apelación a la transversalidad. De forma, que los ha acabado por ubicar en su realidad: una formación política de izquierdas.
            Pero su carácter asambleario, sigue dándoles los problemas propios de ello, pues en su vertebración han tenido sus problemas, y en la articulación de su programa tales problemas no han sido menores, al extremo que llegan a las elecciones sin apenas tocar la realidad local de cada territorio, ensimismados en la “metapolítica” (la política por la política, asamblea tras asamblea), lo que carece de sentido si sigue en el ámbito de la razón teórica, pues ha de acabar recalando en la práxis concreta de cada comunidad, municipio o región, cuestión que hasta ahora no ha llegado a aflorar verdaderamente. De donde se podría concluir que “el aparato de PODEMOS sigue ensimismado en sus cosas” y está llegando tarde, o no llegando a la realidad actual de los problemas de los ciudadanos. Vuelven los dogmatismos de la vieja izquierda, sus discusiones e intolerancias, que le han impedido concluir un proyecto local en Murcia con otros colectivos ciudadanos.
            Naturalmente, tal situación no ha pasado desapercibida para la ciudadanía, que le ha ido retirando su atención, cuando hace unos meses centraba plenamente su atención en el discurso rompedor y directo de Iglesias y Monedero, que acaso altivamente llegaron a afirmar que generaban un proyecto para cambiar las cosas, para lo cual necesitaban ganar, de ahí su propuesta a la apertura de un proyecto constituyente. (¡Palabras mayores!, que parecen excesivas ante tanta improvisación).
            Así las cosas, ante la realidad de las urnas –mostrada en Andalucía- que no apuntaba al deseo ganador y rompedor de Iglesias, sino que ubicaba a PODEMOS como una fuerza de izquierda más, que hoy por hoy arrastraba a IU a una presencia testimonial, unido a la emergencia de otra formación novedosa como es CIUDADANOS, que también apostaba por la ruptura del bipartidismo, pero en tono más moderado y centrista, la cuestión estratégica de PODEMOS se debate entre: ¿ser un partido más de izquierda, que parece sería la opción de Monedero?,  o ¿acercarse disimuladamente al centro izquierda para crecer políticamente, que parece sería la opción de Iglesias, y la élite de PODEMOS?. De ahí que Monedero, no se haya sentido cómodo, al tiempo que arrastraba heridas políticas, que habrían determinado su desafección, que habría motivado la reprobación del politburó de PODEMOS con su ex amigo Iglesias al frente.

            Algo que pone de manifiesto, nuevamente, las actuales contradicciones de la formación de Iglesias, de la que se desmarca Monedero, que genera más incertidumbres que certezas sobre la aparente impotencia de PODEMOS a desarrollar un proyecto político claro, directo y abierto de izquierdas en España.

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