domingo, 22 de febrero de 2009

EL PRESCINDIBLE MINISTRO BERMEJO


Los tics autoritarios del Ministro Bermejo, su falta de cintura política para la negociación con los diferentes sectores de la justicia en España, le ha llevado a que le hicieran una dura huelga los funcionarios de justicia, hace un año, y recientemente los jueces, otorgándole el dudoso honor de ser el primer Ministro de Justicia de nuestro país al que le ha hecho huelga la judicatura. Y su crónica torpeza para pisar “charcos” en la compleja arena política, hacen recomendable su relevo al frente del departamento de justicia.
Bermejo, fiscal de carrera, aunque presuma de progre, muestra una personalidad autoritaria, del “ordeno y mando”, “por sus puñetas”, y en una democracia, especialmente de la mano de un partido que se dice progresista, esa metodología no sirve, además de resultar incoherente y contraproducente. Un político forjado hubiera dialogado con más entrega ante las mejoras que se le pedían, las cuales nos parecen lógicas y justas al común de la ciudadanía, pero sin embargo, Bermejo se distanció del conflicto y envió a otros a negociar con escaso margen, lo que enconó ambos conflictos.
Pero además, no se le ve liderar el proyecto de reforma judicial que demanda nuestra sociedad, pues a la justicia española no le caben más parches; requiere una reforma en profundidad de los diferentes procedimientos judiciales que posibilite una acción más rápida y eficaz de este fundamental servicio público, sin el cual nuestro Estado de Derecho carece de su razón de ser, y la tutela judicial efectiva se resiente por inoperante para el ciudadano por sus crónicos defectos. Y no parece que resulte suficiente la creación de nuevas plazas de funcionarios, aún cuando España esté por debajo de la media de jueces del entorno de la UE, pues la reforma requerida resulta mucho más profunda, que el mero aumento de plantillas. ¡Un Estado moderno no puede tener el atasco judicial que tiene España!.
Y por si esto fuera poco, no es raro encontrarse con titulares de prensa poco edificantes sobre la prudencia y tacto del Ministro, desde las noticias sobre el cuantioso coste de la reforma del piso público que se le asignó, pasando por las frecuentes imágenes de cacerías, con el reprobable dato de ejercitar la caza sin licencia –según confesión de parte-, o el abultado costo que también se conoce que tiene este tipo de hobby, nada ejemplarizante para un servidor público designado por un partido que se autodefine como obrero, y ello, especialmente en las presentes circunstancias de crisis económica y paro.
Por otra parte, y para redondear la justa crítica, como murcianos hemos de reprocharle a Bermejo –que siendo diputado por Murcia- apenas se le haya visto el pelo por esta tierra desde que logró el escaño murciano en Madrid, pues se comporta así como el típico “diputado paracaidista” que nos imponen a los murcianos, pero que no hacen nada por Murcia, pese a que Murcia le ha dado su escaño. Pues con el problema del trasvase y de la crisis económica, debería de haber apoyado a la Región en el Consejo de Ministros y haber venido a explicarlo a los murcianos. Pero para eso, parece que no tiene tiempo. Por todo ello, lo consideramos un “Ministro prescindible”.

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