martes, 24 de noviembre de 2009

MAGISTRAL INTERPRETACIÓN DE “IBERIA”, DE ALBENIZ, EN EL AUDITORIO MURCIANO


En el Auditorio Regional “Victor Villegas”, organizado por la Asociación Pro música de Murcia, y con el patrocinio de Cajaespaña, tuvo lugar un extraordinario concierto de piano ejecutado magistralmente por el maestro Guillermo González, con ocasión del centenario del fallecimiento del compositor Isaac Albéniz.
El canario Guillermo González, uno de los más destacados especialistas en música española que compatibiliza con la docencia de piano, en su condición de catedrático de piano del Real Conservatorio de Madrid, que goza de una acreditadísima ejecutoria como profesional en España y en el extranjero, donde ha participado en conciertos con las principales orquestas españolas y extranjeras (Orquesta Filarmónica de Estrasburgo, de Dresde, Royal Liverpool Philarmonic Orchestra, Classic Chamber Orchestra of New York, Orquesta de Cámara de Sttutgart, de Escocia, Orquesta Nacional de España, Sinfónica de Madrid, de RTVE, Sinfónica de la Radio de Bratislava, etc.), demostró su gran valía en la ejecución de la Suite Iberia, una de las obras de piano más complejas del repertorio pianístico.
Hemos de dejar constancia del gran dominio de Guillermo González al piano, del ritmo, y la peculiar melodía de la obra de Albéniz –que la presenta con un dinamismo particular-, y que hicieron las delicias del público asistente, que de forma masiva llenaba prácticamente el aforo de la sala Narciso Yepes del Auditorio, entre el que se encontraban, además de los melómanos abonados de “Pro música”, un grupo de estudiantes del conservatorio de Elche, desplazados a Murcia en autobús, para seguir el concierto del que fuera su profesor en dicho centro docente, además de la concurrencia de aficionados a la música clásica en general.
A todos sorprendió la soltura del profesor González, su rotundidad en la ejecución, y sobre todo, las introduciones didácticas que hizo, con carácter previo a cada una de las tres partes en que se dividió el concierto, que pusieron de manifiesto su faceta docente y su faceta de especialista en la materia, que el público agradeció para el mejor seguimiento de las distintas partes de la obra de Albéniz, que no en vano, habida cuenta su complejidad técnica, le posiciona como la principal obra pianística del siglo XX.
La velada musical concluyó con un cálido y prolongado aplauso del público asistente, que puesto en pié, agradecía y valoraba la extraordinaria maestría del concertista, y el reconocimento al esfuerzo físico e intelectual de ejecutar tan trabajosa partitura, absolutamente de memoria durante más de dos horas al piano.

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