lunes, 8 de agosto de 2011

LA VISIÓN DE ESTADO DE GONZÁLEZ PONS



El responsable de comunicación del PP nacional, González Pons, ha reducido su belicosidad verbal contra el PSOE, y ha comenzado a presentar la posibilidad y conveniencia de pactos de Estado para superar la difícil situación económica. Gesto que realmente contrasta con la actitud que el PP ha venido manteniendo como oposición al Gobierno de Zapatero, al que le ha negado hasta “el agua”, en esta última etapa de gobierno, arreciando un duro ejercicio de oposición, en una situación que recomendaba el consenso y el pacto, por su misma dificultad.
No es menos cierto, que el “autismo político” y la osada actitud de ZP al comienzo de la crisis negando su existencia, tampoco es que contribuyera mucho a un encuentro realista entre las dos grandes formaciones políticas del Estado. Pero, en su día se reclamó como una actitud muy conveniente para afrontar las dificultades de la crisis; de forma análoga a como se articuló en los famosos Pactos de la Moncloa, en plena transición.
Ahora sin embargo, la proximidad al poder del PP, ante unas nuevas elecciones generales, ha hecho que recapaciten sus líderes, y adquieran un súbito realismo, ante la difícil situación que asumirá el nuevo gobierno de la nación española, aparentando sensatez y magnanimidad, ofreciendo una apertura al consenso y al pacto político, al que siendo oposición tan poco dispuestos se han mostrado.
Sin embargo, lo primero que habrán de tener en cuenta es que les puedan “pagar con la misma moneda”, dándoles la espalda y les dejen solos con los problemas, para los que dicen tener solución. Aunque eso sería igualmente irresponsable para quien tiene el deber de contribuir a la solución de la problemática de España desde cargos institucionales de libre elección y representación popular.
Pero en todo caso, habrán de tener en cuenta unos y otros, que pactar supone negociar, debatir la problemática, analizar las posibles soluciones y sus costos, para convenir un acuerdo, en un punto de encuentro que suele presentarse en situación distinta, más bien equidistante de las posiciones de arranque de una y otra parte negociadora. ¡Negociar no es imponer…!. Así en políticas de consenso siempre hay que estar dispuesto a alcanzar acuerdos, aunque se tengan que aparcar pretensiones para su logro. ¡Eso también es un arte de la política, como de la diplomacia…!. Algo a lo que hay que llegar con un talante de diálogo, obviando dogmatismos y reproches, en busca del auténtico bien común.
Sin embargo, dicho lo anterior, en la actual situación, dentro del realismo del que se , debe partir, hemos de considerar la especial dificultad que la política económica actual entraña, por sus implicaciones internacionales (extra e intraeuropeas), con las limitaciones de soberanía que nos impone la pertenencia a la UE. De donde el margen de maniobra se representa francamente estrecho para el Gobierno de España, cuyo rumbo político le viene marcado en gran medida por la UE, quedándole más bien un papel de ejecución de dichas políticas, que aunque no resulte de menor importancia, sí que es subordinado a la fijación del rumbo y la aplicación de las herramientas técnico económicas. Aunque en la ejecución de las medidas necesarias pueda comprometer pronto su crédito público, y se genere su propio deterioro. Siendo por ello, muy conveniente la concurrencia del consenso con la oposición, e incluso con los sindicatos para lograr una pronta y satisfactoria salida de la crisis.
Incluso en este punto, otro gesto público –análogo al de Pons con sus declaraciones- son las manifestaciones realizadas por José Bono –presidente del Congreso- que ha llegado a postular un “gobierno de concentración PP-PSOE” para el periodo de crisis. Posiblemente esas manifestaciones conlleven la respuesta socialista a la benevolente oferta pactista de Pons, aunque con un planteamiento político sustancialmente diferente.
¡Esperemos –que unas y otras declaraciones de intención- sean algo más que mera palabrería…!.

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