sábado, 10 de septiembre de 2011

“EL VOLCÁN” DE ORIENTE MEDIO A PUNTO DE ERUPCIÓN


Oriente Medio –tradicional foco de conflictos- vuelve a mostrar una escalada de tensión en la zona, en varias vertientes, que ponen al límite del arranque de nuevas hostilidades a países de la zona que llegaron a conseguir unas relaciones pacíficas después de arduas negociaciones y mediación internacional.
Así en pocos días nos encontramos con un incremento de la tensión en la zona entre Turquía, Egipto, Israel y la Autoridad Palestina, que están poniendo en cuestión los Acuerdos de Camp David de 1978 entre Egipto e Israel, y la tradicional alianza turca-israelí, así como los Acuerdos de Paz con la Autoridad Palestina. Lo que puede dar al traste con los trabajosos logros de paz –que aunque en precario- han posibilitado una cierta estabilidad de la zona.
Sin embargo, como por casualidad, en estas últimas fechas, hemos visto cómo Turquía manifestaba su enfado con Israel por su desproporcionada intervención de fuerza en la represión de la flotilla humanitaria de Gaza, que el Estado judío consideraba peligrosa para su seguridad nacional. Y que ha llevado a que el presidente turco hiciera unas temerarias declaraciones de ir a la franja de Gaza, lo que elevaría notablemente la crispación entre ambos gobiernos, hasta ahora aliados.
De igual manera, una desafortunada respuesta hebrea a los ataques palestinos, que le costó la vida a militares egipcios, ha generado una descomunal protesta de la población egipcia frente a la embajada israelí en el Cairo, con asalto a la misma, y evacuación de urgencia de los diplomáticos judíos. Que pone en jaque, tras décadas de paz, a estos dos países.
Y por otra parte, la estrategia de ruptura de la Autoridad Palestina, pretendiendo unilateralmente un reconocimiento de un Estado Palestino por parte de la ONU, al margen de cualquier acuerdo con el Estado judío, pone en riesgo la delicada estabilidad de la cohabitación entre palestinos e israelíes en el Estado de Israel, siempre difícil y disputada, cuyas cicatrices de la última entifada aún quedan patentes en el muro construido en Israel que separa sectores palestinos de los judíos, dando lugar a guetos auténticamente inconvenientes para la normal convivencia interior.
Si a lo anterior, unimos que en la zona hay países habitualmente desestabilizadores como Irán, en un contexto de revolución social y política dentro del mundo árabe, y de expansión del islamismo radical. Nos encontramos con que la problemática se complica de forma exponencial, de forma análoga a como incrementa el peligro de confrontación.
Consideramos que Occidente tendría que activar sus gestiones diplomáticas para enfriar estos conatos de confrontación, reduciéndolo a lo que son incidentes puntuales, que no deben prender la mecha al polvorín de Oriente Medio, pues las consecuencias de un nuevo conflicto en la zona son bastante imprevisibles y de una perniciosa influencia para Europa en unos momentos de extremada dificultad económica.
Además Turquía es miembro de la OTAN, con un poderoso ejército, que desde la época de occidentalización del país, por Atartuk, se ha considerado más bien integrada en el área occidental , aún cuando culturalmente comparta muchos aspectos orientales, incluyendo su religión islámica. Pero con una progresiva modernización social y económica.
Por su parte, Egipto actualmente es un enigma el giro político que adoptará, dado que está en plena revolución que derrocó a su anterior presidente, al cual tiene sometido a enjuiciamiento. Siendo en Egipto donde hay extendidas estructuras  del islamismo radical, que a través de asociaciones como la de los “Hermanos Musulmanes”, va ganando adeptos especialmente entre la sociedad egipcia menos acomodada. Y que además del ejército, y la anterior estructura política reconvertida tras la caída de su presidente, es el grupo quizá más organizado de los de oposición, que seguro que está moviendo sus tentáculos para acceder a parcelas de poder, aprovechando el descontento social reinante, y el que haya podido generar en la opinión pública el torpe ataque israelí, en unas habituales malas relaciones de vecindad.
Israel sin embargo es la única democracia real en la zona, que dentro de su peculiar cultura mantiene altos niveles de homologación con occidente, aliado natural de los EEUU, y freno islamismo radical en la zona. Pero sin embargo, la permanente sensación de sentirse en peligro, y su larga historia de ataques y persecuciones, le hace mantenerse en permanente alerta, que contribuye a su seguridad, pero a veces las reacciones desmesuradas frente a ataques y provocaciones le hace caer en la conflictividad que posiblemente querría evitar. Y aunque, desde la lejanía es fácil apuntar soluciones y consejos, que luego no son tan fáciles de llevar a la práctica. Consideramos que el Estado hebreo debería de avanzar en sus negociaciones con los palestinos, que dentro del Estado judío, se perciben como ciudadanos de segunda, y cuya mutua convivencia no parece se vaya a normalizar si no hay esfuerzos de generosidad y respeto por ambas partes. Y que ambas comunidades requieren para poder vivir definitivamente en paz, más allá de las razones históricas, políticas, y religiosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario