sábado, 1 de diciembre de 2012

DERIVA DEL CATALANISMO SOBERANISTA TRAS EL FRACASO ELECTORAL



Las elecciones autonómicas catalanas han supuesto un fracaso para las tesis soberanistas, pues juntando todos los votos de los partidos que las postulaban no llegan al 50% del voto, aunque rozan esta proporción en escaños atribuidos. Pero con esa exigua mayoría no se puede legal ni racionalmente acometer una deriva secesionista, ya que falta  auténtico apoyo popular.
Aún así, contar enteramente el voto de CIU como voto soberanista es una excesiva concesión a la intención de voto de la base electoral de esta coalición nacionalista, pues representa a la burguesía de derechas catalana, que en absoluto coincide con los planteamientos políticos de ERC –voto de izquierda republicana- que por la frivolidad de la Dirección de CIU ha cogido una fuerza considerable pero poco compatible para coaligarse mutuamente, por su gran distancia en los respectivos planteamientos políticos.
Consecuentemente se constata el fracaso de Artur Más, tanto en la convocatoria de elecciones anticipadas, como en su planteamiento independentista, que le ha hecho perder más de una decena de diputados, pese a ganar pírricamente unas elecciones con un planteamiento secesionista que se compadece mal con los exiguos resultados electorales del mismo.
Así las cosas, si hubiera “vergüenza política”, Más debería haber presentado la dimisión de forma inmediata al cómputo del escrutinio electoral, y haberse retirado de la vida política, pues no sólo se ha equivocado de par a par, sino que ha llevado a cabo una nefasta política gubernamental con graves recortes sociales en una situación de precolapso de su autonomía, a cuya ayuda ha tenido que acudir el Estado poniendo ingentes sumas de dinero para seguir con los dispendiosos gastos del gobierno de Mas, el mismo que con desleal desvergüenza planteó una infame campaña electoral sobre la mentira que “España les robaba la cartera a los catalanes”. ¡Tiene bemoles…!.
Aún así, Más sigue todavía intentando formar gobierno y seguir como si no hubiera pasado nada. Incluso con la oferta del voto de ERC –condicionado a la próxima celebración de un referéndum independentista- trata de formar un gobierno minoritario y débil que será incapaz de sacar a Cataluña de la crisis, por lo que de la mano de la izquierda independentista catalana volverá a las andadas secesionistas, mientras el Gobierno de España trata de minorar el problema ignorándolo públicamente e inyectándole dinero disimuladamente, en una timorata medida política de gobierno, que en breve le volverá a afrentar pese a los apoyos económicos.
De igual modo, otros partidos como el PSC ha bajado en representación fruto de su ambigüedad política, en tanto que Ciudadanos ha subido, el PP se ha mantenido –si bien en el concurso de mayor número de votantes, ha bajado levemente en el porcentaje de voto- lo que también revela que no se puede estar en “misa y en la procesión”, pues pese a criticar a CIU apoya su investidura, sus presupuestos, y saca algunos nombramientos en cargos institucionales como la Diputación de Barcelona, y otros.
Por tanto, quedaría como conclusión que fallido el primer intento, el nacionalismo secesionista pasa a reorganizarse para acometer un nuevo intento próximamente con el anunciado referéndum. Lo cual, lejos de solucionar el conflicto, lo aplaza con signos de enquistamiento, ante la flojera del Gobierno del Estado que mira para otro lado.

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