lunes, 10 de diciembre de 2012

EL DRAMA DE IBERIA EN EL CONTEXTO DE UNA CRISIS DE ESTADO




Fenómenos como la profunda crisis económica, la crisis política con ruptura del pacto constitucional que posibilitó la transición por parte de los nacionalismos secesionistas clásicos y emergentes, y el fracaso del modelo autonómico de Estado, lleva a considerar que en conjunto estamos inmersos en una auténtica “crisis de Estado” de profunda gravedad y amplia complejidad.

Es así que en esa situación parece que todo se tambalea, que no sabemos si podremos pagar las deudas públicas y privadas, que además se reivindica la secesión catalana por el propio gobierno autónomo y se augura otro tanto con la vasca, todo se torna provisional, inseguro, de una extrema gravedad.

Y así uno se los graves síntomas de la actual descomposición española se puede ver en el caso del reajuste empresarial de Iberia, la que fuera compañía aérea de bandera, ejemplar en su crecimiento y desarrollo que tuvo a su cargo diversas filiares entre las que destacaron hasta Aerolíneas Argentinas, en tiempos de progreso y atinada gestión de la Compañía aérea española, que creció hasta situarse entre las primeras del mundo, con enlaces aéreos con casi todos los países del mundo.
Sin embargo, su evolución emprendió un camino de descenso, de forma incomprensible, y el imperio aeronáutico de Iberia empezó a decaer. Hasta el punto que se negoció una alianza, integración o compra de la misma por British Airways, que ha condicionado claramente su futuro, ya que ha perdido su divisa con la que nació y además queda expuesta a las fluctuaciones de la economía como compañía subordinada a la de sus nuevos dueños ingleses.

Así las cosas, inexplicablemente una compañía que tenía beneficios, ha venido dando últimamente unas pérdidas de 262 millones de euros hasta septiembre, motivando una serie de medidas que pasan por la cancelación de las rutas más deficitarias (Atenas, El Cairo, Estambul, Santo Domingo y la Habana), que tratará de compensar incrementando rutas a Brasil, México, Centroamérica, Chile y Ecuador a larga distancia, o a Londres,  Casablanca, Malabo, y Dakar. Y sobre todo, se plantea un plan de restructuración de Iberia, compañía que hasta septiembre acumulaba pérdidas de 262 millones de euros, incluye el recorte de 4.500 empleos, reducción salarial de entre el 25 y el 35 %, una disminución de rutas del 15 % y de la flota (25 aviones menos), así como la segregación de actividades de mantenimiento y servicios en tierra.

En definitiva, todo un símbolo de la crisis, pero lamentablemente en un contexto superior de “crisis de Estado”.

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