domingo, 5 de abril de 2009

LE LLUEVEN CRÍTICAS A LA MINISTRA DE DEFENSA


Algún medio digital se ha hecho eco de una supuesta crítica de la oficialidad del ejército, por unas fotografías que han circulado de la Ministra de Defensa en un acto castrense, en el que se aprecia a la titular de Defensa conversando con el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo, mientras una capitán ayudante de la ministra le lleva el bolso y la gabardina a esta.
Parece, cuanto menos curioso, que cierto sector de la oficialidad del ejército considere poco menos que una afrenta de honor la actitud servicial de la oficial ayudante, tildándola de servilismo, por tratarse de una tarea impropia de un oficial del ejército. De nuevo la “honra calderoniana” aflora por importantes estamentos patrios, más pendientes de cuestiones formales que de fondo.
Como si no hubieran problemas técnicos y de fondo, en relación con la auténtica y necesaria dimensión de nuestro ejército, que desde que los gobiernos del PP –adelantando por la izquierda al PSOE- eliminaron el servicio militar, so pretexto de su profesionalización, que no parece que esté garantizada con contratos temporalmente limitados, a los que se incorpora gran parte de personas de otros países, que naturalmente poco o nada puedan estar comprometidos con los intereses españoles, más allá de lograrse una profesión temporal.
De manera que no se ha dado a conocer una auditoría seria del estado de nuestras fuerzas armadas en la actualidad, en solitario, y en relación con su integración en las fuerzas de la OTAN. Su capacidad técnica, y de respuesta rápida, y su distribución estratégica por el territorio nacional.
No se ha hecho un balance público de las ventajas e inconvenientes de la reducción de efectivos realizada sobre nuestras tropas, ni tampoco sobre la conveniencia operativa de tener contingentes en diversos conflictos fuera de nuestras fronteras. ¿O acaso no hay un límite de exportación de tropas, a partir del cual queda limitada nuestra capacidad de defensa nacional, auténtica función de nuestro ejército?.
Pero resulta de una especial frivolidad, este tipo de malestar, precisamente en unos momentos en que se está juzgando un lamentable suceso que afecta al ejército, como es el caso del Yak 42, donde parece que los responsables de la identificación y repatriación de cadáveres no estuvieron a la altura de las circunstancias, como tampoco lo estuvieron los encargados del flete del vuelo accidentado, según resultó publicado en su momento.
Por todo ello, ni a la Ministra de Defensa se le puede criticar por el encargo o por acceder a la solicitud de su ayudante en llevarle el bolso y la gabardina, ni a la oficial ayudante se le debe reprochar su cordialidad y gesto de servicio con su jefa. ¿O acaso tendríamos que ver mal que los ayudantes militares del Rey, le lleven los papeles de los discursos, se los entreguen y recojan, e incluso le ajusten la silla cuando se sienta o levanta?. ¿En la milicia, lo importante, no era servir y obedecer?. ¡Qué cosas…!.


Foto: El Confidencial Digital.

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