sábado, 15 de octubre de 2011

GALLARDÓN TOMA POSICIONES “MINISTRABLES” EN UN PP TRIUNFALISTA



Con las encuestas anticipando mayoría absoluta al PP, el triunfalismo no se puede reprimir en sus filas, y esto hace que los barones empiecen sus movimientos estratégicos para posicionarse como “ministrables” del presidenciable Rajoy. Esto –como no podía ser de otra forma- también le afecta al alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, perenne candidato a promocionar, a veces impacientemente.
Así, finalmente, Rajoy ha aceptado que Gallardón vaya en los primeros puestos de las listas al Congreso de los Diputados,  en posición de triunfo, es decir, de obtener con seguridad el ansiado escaño en el palacio de la Carrera de San Jerónimo.
Le avala su biografía como político de la derecha española, la simpatía que le profesaba Manuel Fraga, su pertenencia a la ejecutiva y su inserción díscola dentro del aparato político popular, pues Gallardón se caracterizó por jugar políticamente a la ambigüedad calculada que tanto ha enfadado al electorado más conservador del PP, al pretender destacar como dialogante y comprensivo con la progresía nacional, en hechos como su disposición a celebrar bodas de homosexuales, en tanto su partido mantenía una acción política en contra de esta medida socialista, y que serios disgustos internos. Como frecuentes han sido sus enfrentamientos latentes –e incluso patentes- con su compañera de partido Esparanza Aguirre en la gobernabilidad de Madrid, llegándose a generar inoportunos y tensos enfrentamientos de base "cainita" en el seno del partido popular madrileño.
En cuanto a su gestión pública, la más conocida por su mayor extensión temporal e incidencia pública ha sido la de alcalde de Madrid, puesto en que ha tenido una controvertida gestión, habida cuenta que ha situado al Ayuntamiento de Madrid como el más endeudado de España con amplia diferencia a otros afines, como Barcelona, o Valencia. La obra pública acometida por el Ayuntamiento ha sido muy polémica. Llegando a ser condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) refrendó una sentencia emitida en el año 2008 (tras una denuncia interpuesta por Ecologistas en Acción) que concluye que el proyecto se hizo vulnerando diferentes normativas y leyes de protección de la salud, el medio ambiente y el patrimonio histórico y cultural, declarando nulos los acuerdos del Ayuntamiento, siendo sentencia firme y no recurrible, que incluye la connivencia culposa de la Comunidad de Madrid. Como también fue polémica su medida sobre los parquímetros. Y su pretensión de conseguir que Madrid sea designada sede de unos juegos olímpicos, que también le ha hecho generar una importante inversión de infraestructuras en la capital, con su consiguiente gasto. Algo que no parece que haya sido obstáculo en su mantenimiento, reelección y ulterior promoción política, sino todo lo contrario.
Aún así, Gallardón ha seguido obteniendo reiterados triunfos electorales que le han ido revalidando como primer edil madrileño, incluida la última cita electoral local de mayo pasado, por lo que siempre ha venido manifestando: su personal compromiso político con los madrileños, que de esta forma –salvo que compatibilice los puestos de alcalde de Madrid y de Diputado, algo en lo que hay antecedentes y coincidencias con otros de su  propio partido- tendría que relegar a mejor momento.
En todo caso, habría que recordarle al Sr. Gallardón que si tenía estas pretensiones de pasar a la política nacional –como parece- debería de haber dejado que otro compañero suyo se postulara para la alcaldía madrileña en las últimas y recientes elecciones locales de las que apenas han transcurrido cuatro meses. Lo que presenta la voluntad de Gallardón como volátil, cuando se trata de sus propios intereses políticos.
Y sobre todo, lo que pone de relieve es el escaso dominio de Rajoy sobre sus barones, que según parece se acaban imponiendo a los planes que su líder pueda tener sobre el conjunto del partido, si realmente los tiene. Aunque en fase expansiva –por la que actualmente está pasando- concite el interesado aplauso de los suyos.

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