miércoles, 12 de octubre de 2011

A RAJOY Y A RUBALCABA LE SOBRAN AHORA CARGOS POLÍTICOS



La crisis económica arrecia, el paro aumenta, y los líderes políticos de campaña electoral tratan de hacer de la necesidad virtud, y como si fueran nuevos en esto de la “cosa pública”, como si de selenitas recién aterrizados se tratara, empiezan a reconocer que les sobran cargos públicos. ¡Inaudito!.
Primero ha sido Rajoy el que ha dicho que podían prescindir de 50 diputados. Y ya puestos, también podríamos preguntar ¿por qué no de todo el Senado?. Seguidamente ha sido Rubalcaba, en esto de conectar con el sentimiento de la calle, e intentando no quedarse a atrás en halagar los oídos de la cabreada ciudadanía en momento tan delicado como el de tenerlos convocados a las urnas, y se descuelga con una afirmación de que le sobran 1000 cargos políticos. De hecho, ha llegado a aseverar que más importante e interesante que reducir 50 diputados del Congreso, es acometer una reforma de las Diputaciones Provinciales, que suponen una Administración interpuesta entre los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas que apenas tienen sentido. Habiéndolo tenido antes de la implantación del régimen autonómico. A lo que también le añadiríamos la pregunta, ¿y por qué no se suprimen las Diputaciones Provinciales, Cabildos Insulares, el Senado y los 50 Diputados del Congreso?.
Necesidad, lo que se dice necesidad, no se tiene de ellos, y en estos momentos sería muy estimulante para la sufrida ciudadanía que sufre los efectos de la crisis por activa (paro, reducción de sueldos, congelación de créditos bancarios, etc.), y por pasiva (en forma de la desilusión, casi desesperanzadora del bienestar que con gran esfuerzo se había labrado nuestra sociedad, que parece perderse).
Sin embargo, permítasenos que expresemos nuestras dudas en que PP y PSOE lleguen a ponerse de acuerdo para adoptar si quiera estos elementales y estimulantes recortes públicos; puesto que supone que la clase política española ha de cambiar de perspectiva en la forma de afrontar la política, pues en la mayoría de los casos los políticos la asumen más como un medio de promoción personal, que más propiamente como un servicio público. Aunque en honor a la verdad, sinceramente creemos que tanto Rajoy como Rubalcaba, ambos profesionales de primer nivel, probablemente no tengan esa percepción de la política, aunque sean excepción entre la clase que actualmente lideran, y que de abordar recortes en su propio terreno posiblemente generarían problemas internos en sus propias formaciones. De hecho, en este cambio de ciclo –en que el PSOE está perdiendo poder, pagando el desgaste político de la mala gestión de la crisis- ya ha habido problemas internos en la elaboración de las listas electorales socialistas, en que se espera un menor rédito electoral que conllevará que algún histórico se quede sin escaño.
Pero sería una muestra de honestidad política, si pese a los problemas sobrevenidos, tanto Rajoy como Rubalcaba pactaran claramente una drástica reducción de cargos públicos que son abiertamente prescindibles. Aunque hoy por hoy no lo vemos factible, salvo por puro imperativo presupuestario.
Por cierto, medida que también podría extenderse a las Comunidades Autónomas (en figuras de Defensores del Pueblo, del Menor, Senadores Autonómicos, etc.), y en los Ayuntamientos.

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