sábado, 9 de octubre de 2010

¿REALMENTE VENDE TANTO EL MORBO PERSONAL EN ESPAÑA?


En el ámbito coloquial, no pocas veces se ha dicho que nuestro país es un entorno de cotillas, para dar explicación al fenómeno de la “telebasura”, y especialmente de la prensa rosa que invade la programación de determinadas televisiones nacionales. 
                Personalmente no creo que esa sea suficiente, ni fundada justificación, pues la condición humana es común al género, si bien el aspecto cultural también troquela la personalidad.
                Pero lo que sí me parece un exceso es el tratamiento informativo que algunas televisiones dan a cuestiones meramente privadas de personajes o personajillos de la farándula, al punto de llenar horas de programación, convirtiendo los platós de televisión en una especie de “patio vecinal de casa de mala nota”, proclives ya no sólo a información morbosa, o incluso incierta, sino también a montar la discusión y el sarao a la primera de cambio.
                Francamente que no esperaba que esta situación llegara a tanto, ni algún tipo de prensa a tan poco, por rentable que resulte el negocio, que eso es otra vertiente de esta bazofia televisiva, volcada a conseguir audiencia a costa de las buenas costumbres, la educación, el decoro social y la púdica privacidad.
                Tal es el caso de la programación de sobremesa y aún vespertina de algunas de las grandes cadenas, que sin embargo vuelven a programar en horario nocturno de máxima audiencia los mismos temas, los escándalos malayos, las controversias vitales de Belén Esteban, y demás personajes de este nuevo sainete nacional que representa este género televisivo. Y así, sin ir más lejos, la programación de la noche del viernes, tanto en Antena 3 como en Telecinco, estuvo dedicada durante varias horas a la “vida y milagros” de Belén Esteban y su marido, con sus amores y desamores, como si de un guión grotesco se tratara, presentando sus conflictos de pareja en el “patio público”. ¡Realmente penoso…!, entre otras cosas, porque la realidad de las encuestas de audiencia apuntarán seguramente por estas preferencias de audiencia, lo que revela el bajo nivel cultural y educativo del país, que desde luego no es producto de la crisis económica.
                ¿Acaso preferimos este subgénero televisivo a otras opciones?, ¿donde ha quedado el buen cine, el teatro en televisión, los buenos reportajes, las entrevistas a personajes de interés por su aportación a la sociedad, en vez de al escándalo?.  Por suerte hay más cadenas de televisión donde poder elegir, aunque el hecho que dos cadenas privadas de las grandes tengan tal nivel de sobreprogramación de la denominada “telebasura” no deja de ser un mal síntoma social, que habría de ser objeto de estudio sociológico, por el perfil de crisis que empieza a mostrar nuestra civilización, que demandaría acciones urgentes de políticas culturales que corrigieran la actual tendencia social.

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