jueves, 21 de octubre de 2010

ZAPATERO SE ENROCA


            Zapatero, tras pasar uno de los momentos más bajos de su popularidad, se enroca en el PSOE con el nombramiento del nuevo gobierno, donde prescinde de apuestas propias y da entrada a socialistas de mayor calado.
            Así su “espíritu de superviviencia política” le ha llevado ahora a arroparse en el partido e incluso en el “sindicato hermano”, tras un manejo desigual de la crisis que llevó al enfrentamiento con los interlocutores sociales, e incluso con barones de su partido preocupados por las malas predicciones que daban las encuestas, que como en el caso de Barreda le pronosticaban la pérdida de su hegemónico poder en Castilla la Mancha.
            De forma que así se vuelve hacia los oligarcas de su partido para compartir con ellos el poder y le ayuden a escapar de la “quema”. En parecido gesto se ha vuelto hacia UGT –que desde las medidas anticrisis, manifestó su descontento con la convocatoria de una huelga general- y les ha ofrecido la cartera de trabajo, nombrando titular a un destacado miembro del sindicato, que dicho sea de paso, se puso al frente de la pancarta de la pasada huelga general de septiembre. El misterio está en descubrir ¿qué política seguirá el nuevo ministro, la iniciada por su antecesor, o la de la UGT?. Algo que será determinante para ver si verdaderamente hay cambio de rumbo en la política del ejecutivo, o si realmente se trata de un nombramiento de los de “efecto placebo” sosegante hacia el sindicato.
            En cualquier caso, más allá de los aciertos o desaciertos en la gestión pública, revela que ZP es un personaje netamente “político”, con lo que ello supone de probabilismo en su acción, y cierto relativismo en sus principios, que se escora para afrontar el temporal de la mejor manera posible, lo que no le es en absoluto reprochable a un líder político moderno, en una sociedad cuyos cambios sociales son vertiginosos.
            Atrás queda ministros como la Vicepresidenta De la Vega, icono de la defensa de los derechos de la mujer, junto con Aido, cuya presencia política en el gabinete se quedaba corta en la actual situación de crisis, donde la apuesta por hombres como Rubalcaba y Ramón Jáuregui parece más sólida. El cambio en Exteriores también se entiende en razón de que Moratinos, siendo diplomático de carrera quizá ejercía con excesiva diplomacia en algunos conflictos que hubieran requerido un tratamiento más contundente, siendo el relevo por Trinidad Jiménez una apuesta más política que técnica. De igual manera, celebramos la reducción de dos ministerios meramente simbólicos, especialmente en esta época de reducción del gasto. Y en definitiva, creemos que se trata de un gobierno de más calado político, de menos apuestas personales de ZP, de mayor prudencia en el tratamiento de tema controvertidos, que le puede reportar una mayor estabilidad al ejecutivo y naturalmente al país. Aunque no tengamos muy claro si realmente sería un buen gobierno para la crisis, pues más allá de la ejecutoria de la ministra de economía, hemos de tener en cuenta que las duras condiciones económicas de control de gasto que marca la UE son difícilmente aplicables en el complejo sistema de distribución de poder territorial hispano. De donde habría que replantearse el sistema autonómico, o la pertenencia a la UE tal cual está configurada, más allá de un Mercado Común, quizá al modo británico, saliendo del Euro; pero ese es otro debate.
            En conclusión, estamos ante un giro de atrincheramiento de Zapatero para defensa y mejor venta de su política, con el que afrontar mejor los periodos electorales previstos (autonómicas, locales, y posteriormente generales), de forma que las encuestas vuelva a reducir las diferencias con el PP, que hasta ahora se ha limitado a “ponerse de perfil” para que los errores ajenos le ganaran su acceso al poder, y eso quizá pueda ser erróneo, pues con el giro político dado el PSOE puede mejorar sus previsiones de voto, y dificultar la pretensión de la oposición.

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